martes, 10 de noviembre de 2009

-¿LA BIBLIA CONTIENE ERRORES? PARTE 1



La Biblia consiste en una colección de sesenta y seis libros separados. Estos libros fueron escogidos, después de algunos altercados, por el Concilio Católico de Cartago en el 397 d.C., a más de trescientos años después de la época de Jesús.

Esta colección se divide en dos grandes secciones: El Antiguo Testamento que consiste en treinta y nueve libros y el Nuevo Testamento que consiste en veintisiete libros. (Las Biblias católicas incluyen doce libros adicionales conocidos como apócrifos).

El Antiguo Testamento trata del Dios hebreo, Yahvé, e intenta ser una historia de los antiguos israelitas. El Nuevo Testamento es la obra de los primeros cristianos y refleja sus creencias sobre Jesús; pretende para ser una historia de lo que Jesús enseñó e hizo.

La composición de los libros empezó aproximadamente en el 1000 a.C. y continuó por más de mil años. Mucho material oral fue incluido. Fue repetido de padre a hijo, revisado una y otra vez y finalmente puesto en forma escrita por varios redactores. Estos redactores trabajaron a menudo en sitios y periodos de tiempo diferentes y eran normalmente desconocidos unos de otros. Su trabajo se pensó principalmente para uso local y es improbable que algún autor previera que su trabajo sería incluido en una "Biblia".





No existe ningún manuscrito original. Probablemente no hay un solo libro que sobreviva en su forma original. Hay centenares de diferencias entre los manuscritos más viejos de cualquiera de los libros. Estas diferencias indican que numerosas adiciones y alteraciones fueron hechas a los originales por diferentes copistas y redactores.

Muchos autores bíblicos son desconocidos. Cuando un autor se nombra, los creyentes píos le asignan su nombre al libro aunque el autor no lo haya titulado así. Los cuatro evangelios: Mateo, Marcos, Lucas y Juan, son ejemplos de libros que no llevan los nombres de sus autores reales. Los nombres actuales se asignaron mucho tiempo después de que estos cuatro libros se escribieran. A pesar de lo relatado por los autores de los evangelios, los estudiosos bíblicos están ahora casi unánimemente de acuerdo en que ninguno de los autores de los evangelios fue o discípulo de Jesús o testigo ocular de su ministerio.

Aunque algunos libros de la Biblia tradicionalmente se le atribuyen a un solo autor, muchos en realidad son el trabajo de autores múltiples. Génesis y Juan son dos ejemplos de paternidad literaria múltiple.

Muchos libros bíblicos tienen las características de ficción. Por ejemplo, las conversaciones privadas a menudo se relatan cuando ningún reportero estaba presente. Se registran conversaciones entre Dios y varios individuos.

Acontecimientos prehistóricos son presentados en gran detalle. Cuando una historia se cuenta por más de un autor normalmente hay diferencias significativas. Muchas historias, que en su contexto original son consideradas ficticias incluso por cristianos, fueron tomadas prestadas por los autores bíblicos, adaptadas a sus propios propósitos, dándoles un escenario histórico y así declarados verdad.

La historia de Diluvio es un ejemplo de este tipo de adaptación. Su migración desde el más temprano incidente conocido en Sumeria, alrededor de 1600 a.C., y de ahí a otros lugares y finalmente a la Biblia, puede rastrearse históricamente.

Cada vez que la historia se usaba de nuevo era alterada para hablar de dioses y héroes locales.

Pero, ¿Es la Biblia, a pesar de eso, la obra de Dios? ¿Es una guía válida? ¿Cómo podemos saberlo?

Si la Biblia realmente fuera el trabajo de un Dios perfecto y amoroso, sería evidentemente superlativo en todo aspecto de cualquier escrito concebido exclusivamente por el intelecto humano. Sería exacto, claro, conciso y consistente en todo su contenido.

Los fundamentalistas, de hecho, sostienen que esto es verdad. Usando un argumento circular dicen que porque la Biblia no tiene error o inconsistencia debe ser la obra de Dios y porque es la obra de Dios no debe tener error o inconsistencia. No parece importar que propuesta es primero, la otra le sigue.

A pesar del punto de vista fundamentalista, la Biblia contiene varios problemas reales. Y algunos de estos problemas son completamente fatales para su credibilidad.

Muchos pasajes relatan las atrocidades ordenadas por Dios, tales pasajes son indignos del Dios cristiano. Algunos mandatos bíblicos son irrazonables e improbables puesto que están en discordancia obvia con el sentido común así como las cualidades de carácter atribuidas a Dios. Algunas declaraciones bíblicas son absurdas al representar creencias muy primitivas. La credibilidad de muchas historias bíblicas, historias cruciales para la cristiandad, son desacreditadas por numerosas inconsistencias. El cuadro se complica mucho más por muchas interpretaciones diferentes y conflictivas que a menudo se dan a un pasaje específico por creyentes sinceros y bien intencionados.





Mientras que los biblicistas sean capaces de ofrecer alguna clase de explicación a casi cualquier problema bíblico que pueda descubrirse, tales explicaciones debiéran ser innecesarias. El punto no es si alguna explicación puede concebirse, sino que un Dios perfecto y amoroso ciertamente pudo y debió hacer un trabajo mucho mejor para que no tuvieran algo que ver con la escritura de un libro.

La evidencia que presentaremos, tomada de la propia Biblia, no es sino una pequeña porción de lo que existe. Esta evidencia demuestra que la Biblia no puede ser una obra literal, completa, inerrante y perfecta de un Dios perfecto y amoroso. También demuestra que la Biblia no es específicamente útil como guía. Además, debido a que la Biblia refleja cada creencia importante de la cristiandad tradicional, los cimientos de la cristiandad se apoyan en tierra insegura.

(Nota al lector: esta Introducción es uno de ocho capítulos que originalmente constituyeron un solo documento. Por motivos de compatibilidad con Internet, el documento ha sido dividido en ocho partes. La evidencia arriba mencionada puede encontrarse en los archivos relacionados que siguen a esta Introducción. Estos archivos se titulan: Abreviaciones, Errores fatales, Absurdos, Atrocidades, Inconsistencias, Mandamientos improbables y Vulgaridades.)


Bibliografía seleccionada:

Babylonian Genesis, The; Alexander Heidel, The University of Chicago Press, Chicago, 1963.

Birth of the Gospel, The; William Benjamin Smith, Philosophical Library, New York, 1957.

Case Against Christianity, The; Michael Martin, Temple University Press, Philadelphia, 1991.

Documents for the Study of the Gospels; David R. Cartlidge & David L. Dungan, William Collins Publishers, New York, 1980.

Hebrew Myths: The Book of Genesis; Robert Graves & Raphael Patai, McGraw-Hill Book Company, New York, 1966.

Historical Approach to the Bible, The; Howard M. Teeple, Religion and Ethics Institute, Evanston, Illinois, 1982.

Historical Introduction to the New Testament, A; Robert M. Grant, Simon and Schuster, New York, 1972.

Is that in the Bible?; Dr. Charles F. Potter, Fawcett Books, Greenwich, Connecticut.

Is the Bible True?; David Robert Ord & Robert B. Coote, Orbis Books, Maryknoll, New York, 1994.

Jesus -- An Historian's Review of the Gospels; Michael Grant, Charles Scribner's and Sons, New York, 1977.

Literary Origin of the Gospel of John, The; Howard M. Teeple, Religion and Ethics Institute, Evanston, Illinois, 1974.

Myth of God Incarnate, The; Ed. John Hick, The Westminster Press, Philadelphia, 1977.

Nature and Origin of the New Testament, The; J. Merle Rife, Philosophical Library, New York, 1975.

New Oxford Annotated Bible, The; Ed. Bruce M. Metzger & Roland E. Murphy, Oxford University Press, New York, 1991.

Noah's Ark Nonsense, The; Howard M. Teeple, Religion and Ethics Institute, Evanston, Illinois, 1978.

Origins of Christianity, The; Schuyler Brown, Oxford University Press, New York, 1984.

Origins of Christianity, The; R. Joseph Hoffman, Prometheus Books, Buffalo, New York, 1985.

Sources of the Doctrines of the Fall & Original Sin; F. R. Tennant, Schoken Books, New York, 1968.

Two Creation Stories in Genesis, The; James S Forrester-Brown, Shambhala, Berkeley, California, 1974.

What the Bible Really Says; Manfred Barthel, William Morrow and Company, New York, 1982.

Where is Noah's Ark?; Lloyd R. Bailey, Festival Books, Nashville, 1978.

Who Wrote the Bible?; Richard Elliot Friedman, Harper and Row, New York, 1989.











jueves, 5 de noviembre de 2009

-LA JUDEOCRISTIANIZACION DEL PAGANISMO


El siguiente artículo pretende demostrar como el cristianismo, de origen judío, extrae de la cultura pagana europea gran parte de sus prácticas, leyendas, historias, símbolos y rituales fundamentales. La expansión del judeocristianismo en la Europa generó, a su vez, una necesidad del Arquetipo ariosofico por manifestarse y los cristianos fueron incapaces de competir con los símbolos, festividades y ritos paganos y tuvieron con contentarse con “cristianizarlos”.





EL NACIMIENTO

Quizás una de las más importantes facetas de este proceso sincrético fue la celebración del nacimiento de Cristo que se realiza el 25 de diciembre, la Navidad ó Natividad. Miles de años antes de que naciera Jesús se celebraba por los paganos europeos el Solsticio de Invierno el 21 de diciembre, la fecha en que el Sol renacía después de largo invierno. Resulta demasiado improbable que esto sea coincidencia y que, efectivamente, Jesús hubiera nacido en una fecha que ya era festejada por los paganos como el nacimiento del Sol mucho tiempo antes. Pero además recordemos que según la Biblia, María y José no encontraron donde hospedarse debido a que en la ciudad de Belén había una festividad judía y la población había viajado del campo a la ciudad repletando las posadas, por lo que debieron conformarse con un establo. ¿Qué festividad celebran los judíos el 25 de diciembre como para que Belén estuviera repleto de visitantes celebrantes? Absolutamente ninguna. La única celebración judía en diciembre es el Hanukha, una fiesta menor y que conmemora eventos acontecidos durante la revuelta macabea ocurrida muchos años después de la muerte de Jesús. Es imposible entonces que Jesús naciera realmente el 25 de diciembre pues en ese caso sus padres habrían encontrado fácilmente posada en Belén pues no había en esa fecha ninguna actividad importante.

Pero aún el nacimiento de Jesús guarda similitudes extremas con el mito hindú de Krishna, la octava encarnación del dios Vishnú. El tirano Kamsa enterándose del nacimiento del niño-dios ordena la muerte de todos los infantes nacidos en esa época de forma idéntica a como se asegura por los cristianos que hizo Herodes aún cuando no existe registro histórico alguno que corrobore tal hecho. Los padres de Krishna también escapan a una ciudad vecina, Vrindaban y Krishna también nace en un establo.

Vemos hasta ahora como el nacimiento de Cristo no sólo es un plagio del nacimiento de Krishna, sino que además se le adjudica una fecha adulterada, la fecha celebrada por los paganos europeos como el nacimiento de su deidad solar respectiva en el Solsticio de Invierno.

Por supuesto que la Navidad no es la única celebración pagana cristianizada, el Día de los Santos Difuntos en lugar del Samhain ó día de muertos celta, la Pascua (Easter) en lugar de la festividad germana de Ostara que se celebraba con huevos pintados, la Candelaria en lugar del Beltaine celta que utilizaba el fuego de velas, y un largo etcétera son ejemplos idénticos.

LA VIRGEN MARÍA

Como es evidente, el culto a la Virgen María es una extrapolación del culto a la Diosa Madre de las diferentes culturas. Según la Gnosis, en el principio primigenio existía el Dios de Luz (el Absoluto Inmanifiesto de la Teosofía, el Brahmán Impersonal hindú, el Tao chino, el Padre de Todos de la mitología germana, el Netjer egipcio, etc.), del cual se desprende su manifestación personalizada, Lucifer (Vishnú, Wotan, Thot, Prometeo, etc.), y este a su vez da nacimiento a la diosa Sofía, cuyo nombre significa sabiduría y que corresponderá a las diferentes diosas y sacerdotisas históricas como Isis, Venus, Freya (diosas virginales que regeneraban su virginidad), Kali (la esposa de Shiva y asesina de los demonios), Maya Devi (la madre de Buda cuyo nombre significa ilusión y hace referencia al Universo Material), Helena de Troya, la bruja medieval Aradia, la esclava sexual Helena que fue rescatada de su esclavitud por el sabio gnóstico Simón el Mago encarnación de Lucifer para sus seguidores, las Vírgenes Negras adoradas por los templarios en probable alusión a Isis, la Gaia, (la Gran Madre).

Lamentablemente, Sofía daría nacimiento al Demiurgo de manera asexual, porque Sofía es Gea, la madre de Cronos, la Madre Tierra tenía forzosamente que dar nacimiento al Dios del Universo Material, a la deidad telúrica, al Demiurgo, quien crea la Tierra y atrapa a las almas espirituales en cuerpos físicos materiales de donde quieren escapar para regresar a la Luz del plano espiritual. Lucifer, el dador de la luz (el conocimiento esotérico) entonces entrega a los humanos dicha sabiduría, representada por el fuego de Prometeo y por la fruta del Edén que en la Biblia hebrea se define sencillamente como una fruta y no se especifica su especie, pero que siglos después los europeos cristianos la asociarían con la manzana, símbolo nórdico de la sabiduría.

Sofía no es maligna a pesar de ser la madre del Demiurgo, por el contrario, aunque esta atrapada en el Universo Material Lucifer siempre intenta rescatarla.

Bíblicamente la versión maligna de la Virgen María correspondería a la Gran Ramera de Babilonia, que simboliza la moderna civilización pervertida. Recordemos que la mayoría de las heroínas judías se prostituyeron en algún momento (Sara con el Faraón de Egipto, Ester con el Rey de Persia, Judith con el Rey de Asiria), por ende, la Prostituta es símbolo también del judaísmo y opuesto a la Virgen, que también es un símbolo pagano de pureza.

Las valkirias nórdicas, las hadas celtas, las dakini budistas, las amazonas griegas, todas representan a su manera a las guerreras vírgenes que probablemente fueron luego adaptadas como las once mil vírgenes del cristianismo católico. Este es el choque entre la guerrera virginal y pura, contra la heroína judía prostituta y tramposa que seduce a los reyes para manipularlos.

EL VINO

La religión pagana europea es una raza solar, ígnea y boreal que representa al elemento del Fuego. Es por esto que las diferentes culturas europeas hayan practicado ritos donde se consumían bebidas efervescentes que provocaban un “fuego interno”.

El Fuego es el más elevado de los elementos por ser el menos denso, el estado plasma de la materia, el más cálido y por ende, de vibración más elevada y más cercana al plano espiritual como aducen los zoroastrianos persas.

A diferencia de la Tierra, el elemento más denso, el más frío, el estado sólido de la materia, y la vibración más espesa y cercana al plano material.

Por esto, Prometeo es el portador del fuego, como su versión latina Lucifer, el portador de la Luz Espiritual, es decir, la deidad solar del Fuego, opuesta al Demiurgo, el dios judío, el amo del Universo Material y deidad telúrica de la Tierra. Según los nórdicos, del choque entre el fuego y el hielo primordial nace el Universo, siendo el hielo el estado sólido del agua, y por ende, la manifestación de la Tierra. El estado sólido es el más frío de los estados, y el estado plasma el más cálido, de allí que los paganos europeos buscaran que ese calor místico naciera en ellos con la ingestión de bebidas místicas y alcohólicas como el soma que tomaban los brahmanes hindúes en honor al dios Agni, dios del fuego de la India, y que es hecha con la planta del mismo nombre. Los magos zoroastrianos también consumían la bebida de soma en honor a Ahura Mazda (el dios blanco)

Los berserker germanos bebían una poderosa cerveza hecha con beleño negro que les producía una euforia frenética, volviéndolos furibundos guerreros ajenos al dolor y que destrozaban todo a su paso en una locura imparable, hasta el punto de expulsar espuma por la boca y tener temblores convulsivos.

El vino era otra bebida sagrada tanto para griegos, como para romanos y seguidores de Mitra, un dios solar adorado tanto en India como en Persia, y adoptado por los romanos cuyo culto se extendió mucho entre las legiones romanas y que incluía el sacrificio de un toro (de allí deriva la moderna tauromaquia). El partir el pan y el vino era una práctica común entre los seguidores del mitraísmo y fue copiada por los cristianos en su misa.

No es extraño, entonces, que el Islam prohíbe ingerir alcohol, pues los semitas al contrario de los arios europeos, son una raza lunar, telúrica y austral. Sumidos en el mundo material-telúrico (de allí que judíos y árabes sean reconocidos por ser mercaderes), el consumo de bebidas que provoquen ese fuego interno les es prohibida.

La costumbre entre los semitas es enterrar a los muertos, porque los semitas pertenecen al elemento de la Tierra

Mientras que la costumbre entre los arios europeos siempre fue cremarlos, porque los paganos europeos pertenecen al elemento del Fuego. Por eso, los hindúes y los budistas creman a sus muertos, de ahí que a ellos se les denominaba ARIOS.

Lo siguiente es extraído de la enciclopedia Wikipedia:

ARIOS:

Ario es una palabra derivada del sánscrito "Ārya" significando "noble" u "honorable".[2] [3] El Avesta cognado del término sánscrito es "Airya" y el equivalente en Persa antiguo es "Ariya." Es ampliamente mantenido que se ha usado como una autodesignación étnica de los Proto-Indo-Iraníes.

Desde el siglo XIX, los indo-iraníes han sido los más antiguos hablantes conocidos de lenguas indo-europeas, la palabra ario fue adoptada para referirse no sólo a los indo-iraníes, sino también a los hablantes indo-europeos como un conjunto.

No debe confundirse el concepto de raza aria y las distintas creencias asociadas a él con la doctrina cristiana llamada arrianismo.

En lingüística, ario es más usado en el contexto de una sub-rama de las lenguas indo-iraníes, referidos como lenguas indo-arias.

A estos ancestros se les da el nombre de arios, tomado de la palabra sánscrita y avéstica arya que significa "noble". Desde este punto de vista la voz "ario" viene a querer decir algo parecido a "europeo blanco" — excluyendo a la población de origen judío y árabe, ya que sus respectivas lenguas ancestrales no pertenecen a la familia indoeuropea.

Hay que señalar que en los Vedas la palabra arya no se emplea nunca con connotaciones étnicas o raciales. Aún es empleada por el zoroastrismo, el budismo, el jainismo, así como por el hinduismo con el significado de "noble" o "espiritual", como también, denominar una cualidad espiritual divina: renacido, nacido dos veces, que re-nació después de la muerte.

La cuestión de la patria de los arios

Todavía se debaten los orígenes de los antiguos "arios" en términos geográficos. El avéstico era el idioma de la antigua Persia, que coincide a grandes rasgos con el actual Irán. El sánscrito se asocia con el valle del Indo, en el norte de la India, al este de Persia. El nombre nativo (y actual) de Persia, Irán, es una variante de Aryan (de hecho, es Ayr + an, "país de los arios", donde -an es un sufijo persa de localización). Por otra parte, los gobernantes de Persia se llamaron a sí mismos arios. Darío I el Grande, rey de Persia (521-486 a. C.) hace constar en una inscripción en Naqsh-e-Rostam, cerca de Shiraz (Irán): Yo soy Darío, el grande, [...], persa, hijo de persa, un ario, de linaje ario... El Avesta también da noticia de una patria llamada Airyanem Vaejah (El Solar Ario), desde el cual se supone que los arios emigraron.

http://es.wikipedia.org/wiki/Arios

Por eso los vikingos eran cremados con todas sus pertenencias en barcos que eran lanzados a los ríos y mares, y los celtas también quemaban a sus muertos. Los persas zorástricos sin embargo prefieren dejar que sean comidos por los buitres porque el fuego es tan sagrado que sería contaminarlo si se usa para quemar un cadáver. Conforme se dio el advenimiento del cristianismo en Europa la costumbre de quemar a los muertos fue dejada de lado y suplantada por la costumbre de enterrarlos como los semitas y sus cultos telúricos. Judíos, cristianos y musulmanes creen que durante el Juicio Final los muertos resucitarán y saldrán de sus tumbas, pero los arios siempre habían creído en la reencarnación y/ó en un más allá paradisíaco como el Nirvana ó el Walhalla donde las almas se encontrarían por siempre en el plano espiritual al lado de los dioses y no regresarían más al plano físico, por eso quemaban los cuerpos para mostrar que eran simples deshechos materiales que jamás se volverían a utilizar. Pero el cristianismo cambió esto haciendo que los cuerpos fueran enterrados, excepto a las brujas paganas que se les quemaba vivas.

LA RESURECCIÓN

Los pueblos arios siempre han celebrado la muerte y la resurrección de su dios desde muchos milenios antes del nacimiento de Cristo. Según la mitología egipcia, el rey de los dioses, Osiris, es muerto por el dios del mal, Set para usurpar el poder.

Plutarco cuenta como, por algún modo que se nos escapa, Set averigua “la longitud del cuerpo de Osiris en secreto”. Y con esa información encarga la construcción de un arca de madera en la que cabria de forma exacta el cuerpo de su hermano. Entonces, en mitad del festejo, Set anuncia que regalara el valioso cofre a quien de todos los presentes sea capaz de meterse en el y resulte que las medidas del candidato coincidan con las dimensiones del cofre. Se podría hablar de una versión egipcia del cuento de Cenicienta, pero sin zapato y con un cofre en su lugar.

Varios de los conjurados se prestan al juego para incitar a Osiris a intentarlo y al final lo consiguen. ¿Qué sucede? Pues de inmediato Set y sus cómplices sellan el cofre y le lanzan al rió. Eso, lógicamente, provoca la muerte de Osiris, que viajaba en su féretro por el agua hasta desembocar en Biblos, Fenicia.

Pronto hay quien ve un buen ejemplo de lo ocurrido en la posterior traición que sufre Jesús a manos también de un allegado suyo, judas Iscariote. Pero lo relevante para lo que nos ocupa esta por llegar.

A partir de ese momento, Isis cobra un protagonismo al confrontar su personalidad con la de Maria magdalena, pues es de las primeras que sale a buscar a Jesús a su tumba.

Tras muchas vicisitudes, consigue recuperar el cuerpo de su difunto esposo y retorna con el a casa. Pero allí la espera Set, implacable, que en esta ocasión hace trocear en catorce pedazos el cuerpo sin vida de su hermano Osiris: cabeza, corazón, pecho, ojos, brazos, pies, orejas, tibias, muslo, puño, dedo, espina dorsal, falo y nuca, y manda esparcir los restos por el país del Nilo.

Isis escapa, infatigable y abnegada, sale al mundo en compañía de Nephtis, su hermana, para recuperar sus fragmentos y lo consigue con la sola excepción del falo.

Y encuentra al dios de la magia y la sabiduría, Thot y con la ayuda de Nephtis y Anubis, realiza una serie de ritos mágicos que no se especifican como uno desearía y resucitan a Osiris. Y tanto logra resucitarle que concibe con él un hijo sin que parezca que hubiera medios para ello. Es decir, una verdadera concepción virginal, Con su acción se consiguen un par de cosas de indudable merito: Osiris e Isis conciben a Horus quien luego venga a su padre matando a Set. Y logra que a los ojos de los egipcios sea posible nada menos que la resurrección de los muertos.

Similar es el mito nórdico de Balder, quien es asesinado por las mentiras y trampas del dios del mal, Loki, pero quien revive tras el Ragnarok. Similares mitos se encuentran en el Ave Fénix helénica, el mito de Orfeo (¿Osiris?) griego cuyo culto, el oferísmo, se volvió uno de los llamados cultos de misterios (esotéricos) más importantes del mundo grecorromano, el mito del Mitra persa y del Cernunus celta que baja al Inframundo en Samhain (el 31 de octubre) y regresa en Yule (el 21 de diciembre). De forma similar al mito de cómo Odín muere en el Árbol Ygdrassill (el árbol del conocimiento) y revive nueve días después extrayendo la sabiduría de las Runas.

El mito de un dios que muere y resucita es tan común entre los pueblos arios; celtas, germanos, persas, egipcios, romanos, griegos, etc., que la resurrección de Cristo no sólo no es nueva, sino que trillada. Pero también nos demuestra que la religión cristiana en realidad tiene una muy fuerte influencia pagana.

Los mahometanos en su Corán reniegan de esto y aseguran que Jesús escapó del calvario, que no murió en la Cruz y por ende no resucitó, pues este concepto casi es ajeno a la mentalidad semítica árabe.

EL DOMINGO

El día sagrado de los cristianos es el domingo, en latín Dies Dominicus, día del Señor, el Sun-day (día del Sol) en inglés. El domingo es el día del sol y el que se le consagre a Cristo es una prueba más del culto solar que envuelve al cristianismo. El día sagrado para los mahometanos es el viernes, en latín Dies Veneris ó día de Venus, siendo Venus una diosa lunar análoga a Isis, Astarté y Freya (Fry-day ó día de Freya en inglés), lo que recalca el hecho de que el Islam es una religión lunar, que utiliza un calendario lunar, tiene como su símbolo una luna, e incluso el origen de la palabra Islam tiene relación con Isis.

Existió en la Arabia preislámica un grupo religioso denominado sabeos que practicaban un culto monoteísta en honor al dios Alá Taala, pero también cada tribu sabea rendía culto a los diferentes planetas como Júpiter, Mercurio y Venus según cual fuera el patrón de su tribu. Los sabeos afirmaban ser la religión monoteísta primigenia practicada por Noé y por todos los patriarcas previos a Abraham, quien supuestamente fue criado en el sabeísmo mientras vivía en Caldea pero dejó esta religión y fundó el judaísmo. En la Kaaba, el altar de La Meca, habían muchos ídolos paganos sabeos así como hindúes (incluyendo a Shiva cuando Arabia fue parte del Imperio Gupta de la India) que fueron destruidos por Mahoma al tomar La Meca.

Es clara la influencia que los sabeos ejercieron en los mahometanos, en especial por las oraciones diarias y el culto a Venus-Isis-Astarté. En todo caso, Mahoma estableció que judíos, cristianos y sabeos, eran los antecesores de los mahometanos y que por ende debían ser tolerados.

El día sagrado de los judíos es el sábado, el Sabbath, el Saturn-Day en inglés ó día de Saturno, el Demiurgo. Saturno, Set, Satán, la misma entidad.

LA TRINIDAD

Las religiones paganas arias tenían y adoraban a trinidades divinas muchos miles de años antes de existir el cristianismo.

En Egipto era Osiris (Padre), Isis (Madre) y Horus (Hijo).

Análoga a la trinidad germana; Odín, Freya y Thor.

A la Tríada Celta (la Anciana, la Madre y la Doncella).

Al Trimurti Hindú; Brahma, Vishnú y Shiva, y a las distintas trinidades propias de casi todas las culturas indoeuropeas.

Así, la Trinidad Cristiana conformada por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (que representa a la parte femenina ó sutil) y que fue establecida como doctrina teológica en el Concilio de Nicea por el emperador Constantino quien era pagano y se le reportó asistiendo a templos paganos hasta avanzada edad (fue bautizado en su lecho de muerte), es una nueva cristianización de un concepto pagano ario; la Trinidad. Aún hoy los musulmanes consideran que la Trinidad no es más que una blasfemia politeísta de origen pagano hecha por los romanos y que adultera el monoteísmo original cristiano.

Los judíos tienen su propia versión maligna de la Trinidad, la Trinidad del Apocalipsis cristiano que será conformada por el Diablo, el Anticristo y el Falso Profeta.

El Diablo es el Demiurgo ó dios judío, el Anticristo será el Mesías Judío reconocido por estos como tal y el Falso Profeta el Sumo Sacerdote del Templo de Jerusalén ó Sinagoga de Satanás.

DIOS Y EL DIABLO

Los judíos no creen en el Diablo. Para ellos, su dios Jehová es también su Diablo.

La distinción entre Jehová bueno y Satán malo la hicieron los cristianos y luego los mahometanos, pues es ajena al judaísmo.

Para los judíos, si Jehová estaba de buen humor las cosas iban bien y si estaba enojado ocurría el mal. Su dios era el artífice tanto del Bien como del Mal, y su ira y sus celos podían provocar desastres como el Diluvio, la destrucción de Sodoma y Gomorra, las plagas de Egipto, la ira de Dios contra el faraón egipcio cuando este se entregó a la carnalidad con Sara la esposa de Abraham, el cautiverio de Babilonia, la historia de Job, etc. Todas las desgracias eran producto de la ira de Dios.

Pero este concepto era muy difícil de entender por los arios europeos. Para ellos un mismo dios no podía ser origen del Bien y del Mal simultáneamente. Los paganos siempre crearon una dicotomía maniqueísta donde había dioses del Bien y del Mal.

Odin y Loki entre los nórdicos.

Osiris y Set entre los egipcios.

Ahura Mazda y Ahrimán entre los persas.

Budas y Maras entre los budistas.

Lucifer y el Demiurgo entre los gnósticos, etc.

Esta dicotomía de dioses entre el Bien y el Mal, incomprensible para los judíos de aquel entonces que sólo tenían un dios, y por ende, sólo un origen del Bien y del Mal, sería luego adaptada por los cristianos del paganismo dando nacimiento a la creencia en un Dios Jehová, absolutamente bueno y causa de todo Bien y un demonio Satán, absolutamente malo y causa de todo Mal; un dios del Bien y un dios del Mal.

Por supuesto que los cristianos identificaron a su nuevo dios del Mal, Satán, con el Lucifer ario por ser éste enemigo del Demiurgo, el dios Jehová cristiano.

Pero en realidad Jehová y Satán eran la misma entidad. Los cristianos, cuando reniegan de Satán, lo hacen equivocadamente pues Satán es el mismo dios judío Jehová. Jehová y Satán son dos caras de la misma moneda, dos manifestaciones del mismo dios. Algo que los mismos judíos siempre han sabido.

Porque Satán es el Set egipcio, el Mara budista, el Loki nórdico, el Ahrimán persa, el Saturno romano, el Cronos griego, etc., que a su vez es el mismo Demiurgo mencionado por el platonismo y el gnosticismo identificado por el sabio Marción como el dios del Antiguo Testamento, el dios judío.

Esta dicotomía se manifestó a lo largo de la historia con las diferentes herejías cristianas como el marcionismo, el simonismo, el maniqueísmo, el catarismo, el bogomilismo y el priscilianismo, entre otros.

Recordemos que el culto judío no es monoteísta, en lo cual coinciden muchos eruditos, sino henoteísta. El henoteísmo es cuando un pueblo ó religión adora a un único dios sin descartar la existencia de los demás dioses, como los vaishnavas que sólo adoran a Vishnú, ó los shivaístas que adoran sólo a Shiva, ó los zoroastrianos y su culto exclusivo a Ahura Mazda, ó como el faraón hereje Akenatón y su adoración al dios solar Atón. Los judíos tenían pacto con Yavéh/Jehová, pero no por eso negaban que otros dioses existieran. La Biblia Hebrea tiene numerosas prohibiciones a que los israelitas “adoraran a los dioses de otros pueblos en lugar del Dios de Israel” lo que denota que aceptaban la existencia de otros dioses. El Salmo 82 de la Biblia nos lo demuestra al afirmar:

1 Dios está en la reunión de los dioses;

En medio de los dioses juzga.

6 Yo dije: Vosotros sois dioses,

Y todos vosotros hijos del Altísimo;

7 Pero como hombres moriréis,

Y como cualquiera de los príncipes caeréis.

Este salmo parece recordarnos el mito de los gigantes que menciona el Génesis como hijos de los ángeles y las mujeres humanas y cuyo relato más completo se encuentra en el apócrifo Libro de Henoc. Los ángeles bajan a la Tierra y enseñan la magia y las artesanías a los seres humanos, pero además tienen sexo con las mujeres dando nacimiento a los Nephilim, que eran gigantes y fueron ahogados en el Diluvio por la “ira de Dios”.

De forma similar otras culturas relatan como hubo alguna vez una raza de gigantes que fueron destruidos por la ira de los dioses. Los monstruosos fomorianos de Irlanda que fueron derrotados por los Tuata de Danaan, una raza de dioses élficos, principalmente cuando el dios Lug (¿Lucifer?) mata al rey fomoriano el gigante Balor, los titanes de la mitología griega vencidos y encarcelados por los dioses del Olimpo, los Gigantes de Hielo de la mitología nórdica derrotados por los dioses Aesir que fueron atrapados en su propia dimensión y que se liberarán durante el Fin del Mundo ó Ragnarok, la guerra entre los Asuras y los Devas mencionada por el budismo, la batalla entre el dios Rama, séptima encarnación de Vishnú (Lucifer) contra el gigante Ravana en la épica hindú el Ramayana y el Mito de Cthulhu de H.P. Lovecraft donde los Grandes Antiguos ó Dioses Primordiales que gobernaban el mundo hace eones fueron derrotados por los Dioses Arquetípicos y encerrados en diferentes prisiones; Ithaqua en los vientos del ártico, Cthulhu en la ciudad submarina de R’Lye, etc.

Es el mismo mito, una y otra vez, repetido. La lucha de los arios hiperbóeros y sus descendientes contra razas negroides de gran tamaño como los lemurianos de los cuales descienden los modernos de raza negra.

LA CRUZ

Finalmente, el principal plagio del cristianismo es la Cruz. Jesús no fue crucificado en una cruz literalmente pues los estudios históricos demuestran que en aquella época la crucifixión se realizaba sobre un madero recto, sin que hubiera una tabla transversal. En todo caso, el símbolo original del cristianismo era el pez, símbolo de diferentes dioses semíticos como Dagón que luego cobraría un nuevo significado en el mito lovecraftiano. La cruz es un símbolo solar ario manifiesto en muchas culturas como la Cruz Céltica, el Ankh Egipcio (símbolo de la vida eterna), la Cruz Gamada nórdica conocida en sánscrito como la Esvástica y propia de todas las culturas arias e incluso de las culturas influenciadas por los arios, como son los pueblos budistas. Por eso la esvástica es un símbolo sagrado para los tibetanos y también forma parte del sello de la Sociedad Teosófica. La Cruz en general, pero la Esvástica en particular, son símbolos solares que representan al Sol triunfante, al culto solar propio de los arios que formaba parte de todas las culturas arias antiguas, y cuyos símbolos y arquetipos no fue posible por los judeocristianos eliminar, sino simplemente camuflar, cambiar, plagiar, adulterar y modificar.

2- http://dictionary.reference.com/browse/aryan.

3- para el término sánscrito, Monier-Williams tiene: "un hombre respetable u honorable, u hombre fiel, un habitante de Âryâvarta; el que es fiel a la religión de su país; nombre de la raza que inmigró desde Asia Central hasta Âryâvarta (opuesto a an-arya, dasyu, daasa); en tiempos posteriores el nombre de las primeras tres castas (opuesto a shudrá); un hombre altamente apreciado; un maestro; Âryan, favorable a las gentes Âryan; comportándose como un Âryan, digno de un, honorable, respetable, noble; de una buena familia; excelente; sabio; apropiado"