sábado, 29 de mayo de 2010

- Y COMO LO SABEN



"La Biblia es una maravillosa fuente de inspiración para los que no la entienden”.
—George Santayan



Por Juan Carlos Bujanda Benitez


Yo me casé ya grande, después de los cuarenta, y recuerdo mucho los esfuerzos de mis ex compañeros de parranda, —para entonces ya casados— para convencerme de las bondades del matrimonio. No sé si sus esfuerzos eran sinceros o simple envidia de que yo aún podía hacer lo que me diera la gana, cosa que aún puedo hacer, solo es cosa de pedir permiso con dos meses de anticipación y por escrito.

Pero entre todas las razones que esgrimían mis amigos hay una que me llamaba mucho la atención por su inocencia y el efecto que causaba en ellos mi respuesta. Decían que lo mejor del matrimonio era la vida en familia, como si yo hubiera nacido en probeta y crecido en un hospicio, y que de la familia lo mejor eran los hijos. Casi todos ellos decían que solo por los hijos valía la pena estar casados, cosa que hasta la fecha considero la peor de las razones para vivir en familia.

Palabras más, palabras menos los diálogos siempre iban de esta manera:

—No lo vas a entender hasta que tengas un hijo, no hasta que estés en mi situación —decían ellos.

—Tú tampoco puedes entenderme porque no estás ni has estado en mi situación —respondía yo.

—¿A qué te refieres?, claro que sí estuve en tu situación, también fui soltero.
—¡Nunca a mi edad!

Ante esto había pocas respuestas coherentes y debo de reconocerles que casi siempre me concedían este punto. Quizás yo no sabía lo que era ser casado y tener un hijo, pero ellos tampoco sabían que se sentía ser soltero a los 40. Y a los que crean que voy a hacer ahora una apología del matrimonio y la paternidad, siento mucho decepcionarlos porque la cosa no va por ahí.

A lo que voy es a que la situación es casi la misma de quienes dicen que los agnósticos (como yo)  y los no creyentes  son  personas infelices y amargadas y que llevamos una vida vacía y sin sentido porque no “conocemos a Dios”.

En cualquier blog o web que critique la religión no puede faltar nunca una buena colección de comentarios viscerales que digan que nos tienen lástima porque no conocemos el amor de Dios y que además somos infelices porque solo vemos el lado racional de las cosas. Y la conclusión, según ellos lógica, es que no podemos ser buenas personas porque no tenemos los valores y principios que solo pueden ser dictados por un ser superior.

La última parte, la de los valores, es muy fácil de rebatir con evidencias, las cárceles están llenas de creyentes, las guerras y grandes masacres están casi siempre lideradas y peleadas por creyentes. Los crímenes más escalofriantes son protagonizados casi siempre por creyentes y a veces incluso inspirados en su fe.

Los últimos estudios de las condiciones socioeconómicas de los países desarrollados, nos indican que las incidencias de eventos negativos como drogadicción, enfermedades infecciosas de transmisión sexual, mortalidad juvenil, embarazos en adolescentes, disfunciones sexuales y aborto son más altos en los países más religiosos que en los países con mayor población secularizada.

Es cierto que esto no significa necesariamente que la religión sea la causa de estas disfunciones sociales, lo que si resulta más que obvio es que el abandono de la religión no es causa de descomposición social y caos, como suelen afirmar (o amenazar) los diferentes líderes religiosos.

La parte que no es tan fácil de demostrar para ninguno de los dos, es si el “ateísmo”  hace infelices y amargadas a las personas.

Pero en este punto los agnósticos tenemos una ventaja y esta es que muchos de nosotros hemos estado de ambos lados del espectro que hay entre la fe y la razón, y sería absurdo pensar que hemos escogido voluntariamente la parte más infeliz y vacía. Y cuando digo “estar de ambos lados“  no me refiero a los creyentes que pasaron de ser “católicos light” a religiosos activos o renacidos, como se suelen llamar a si mismo los de cierta corriente. En realidad estos no pasaron de un extremo al otro, solamente se deslizaron del centro al extremo religioso.

En mi caso particular yo pasé primero de ser católico por tradición familiar, cosas como ser bautizado, hacer primera comunión y esas cosas, de ir a misa con el pretexto de bodas o funerales a una casi total indiferencia hacia la religión de mis padres, exactamente como la mayoría de los católicos poco instruidos, aunque en mi caso me instruí mucho para defender mi fe. (modestia a parte jeje)

De ahí me deslicé hacia el extremo del fanatismo pasando primero por cursos de evangelización que en realidad son lavados de cerebro con técnicas indistinguibles de cualquier secta de fanáticos. Después me convertí en coordinador de pequeñas comunidades de jóvenes y en integrante activo de una comunidad religiosa de no tan jóvenes y en un buen apologeta de la palabra de Dios. Tenía facilidad para justificar lógicamente las contradicciones e incongruencias de los hechos de la Biblia utilizando tan solo recursos dialecticos que otros confundían con un don (era un señor con don).

Pero no por nada mi pasaje favorito de las escrituras es hasta la fecha Juan 8:32, y en esto mi tocayo no andaba tan errado.

“Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.

En mi caso no hubo eventos dramáticos que me hayan hecho perder la fe, fue más bien mi compulsión por la lectura lo que me permitió realmente conocer a Dios, o debería decir a todos los dioses y su origen.

Para decirlo de forma más poética: “Mordí la manzana, comí del fruto prohibido y fui expulsado del paraíso”. En mi afán por buscar mejores argumentos para defender mis creencias me encontré con mucho más de lo que buscaba.

        Siempre he creído que los que se pelean con Dios por alguna decepción, algún día volverán a el, aunque sea en otra religión. En cambio quienes dejamos la religión pacíficamente, por medio de la razón, no tenemos punto de retorno porque ya encontramos el paraíso. En mi caso es una biblioteca donde sirven vino tinto y cerveza obscura y donde la vida se construye de pequeños detalles cotidianos. Donde no existen pecados originales ni culpas eternas, tan solo actos con consecuencias y responsabilidades. Donde la meta no es un mundo libre de problemas y felicidad permanente, sino tan solo un mundo real y tangible, ni bueno ni malo y una mente lúcida y racional para adaptar el mundo a nuestras necesidades.

Con una meta así de este tamaño dudo mucho que los ateos seamos unos seres infelices y amargados. A los creyentes que dicen que llevamos una vida vacía y carente de sentido y que solo conocen el lado de la línea que va de la indiferencia al fanatismo, yo les pregunto: ¿Y cómo lo saben?






miércoles, 19 de mayo de 2010

-FELIZ SATURNALES Y FELIZ CUMPLEAÑOS A MITRA

En medio de los rezos de la novena, los pesebres (o belenes), las tarjetas con el niño Jesús y demás parafernalia de que la Navidad es la fecha del nacimiento de Jesús, hagamos un alto en el camino para analizar el origen de esta fiesta, que tanto vino, comidas y regalos nos trae.






Para empezar diremos que Jesús no nació el 25 de diciembre, tampoco hubo ángeles anunciando su nacimiento a los pastores, ni tampoco nacimiento virginal. El absurdo católico de que María concibió siendo virgen, y que milagrosamente permaneció virgen después del parto, es una leyenda con estatus de sagrado gracias a las vueltas de la historia, que empezó con el emperador Constantino I El Grande (272-337).


Constantino fue el primer emperador romano que aceptó y legalizó al cristianismo en el año 321, dándole un gran estatus. Tras su decisión el cristianismo pasó de religión oprimida a ser la religión opresora. De no haber sido por su imperial decisión, hoy los carteles religiosos quizás dirían "Mitra te ama, aceptalo como tu salvador personal", y quizás las revistas Atalaya y Despertad serían publicadas por los Testigos de Mitra.


Gente religiosa serguiría existiendo, pero quizás el cristianismo sería una religión minoritaria como hoy lo es el judaísmo.


Para los investigadores y teólogos que conocen la tergiversación que los autores de los evangelios hicieron para hacer parecer que Jesús era el Mesías; como el autor de Mateo creo la historia de que Jesús nació de una mujer virgen y que era el cumplimiento de las profecías judías; y como el evangelista de Lucas hace un enredo de fechas que deja mal parada la Biblia como fiable.


¿Pero de dónde viene la celebración de navidad? La respuesta la podemos encontrar en la Enciclopedia de la Religión Católica, tomo IV:



“La razón que llevó la Iglesia Romana a fijar la festividad en ese día, parece ser su tendencia a suplantar las festividades paganas por otras cristianas. De este modo se originaron muchas de las actuales fiestas litúrgicas. Ahora bien sabemos que entonces en Roma los paganos consagraban el día 25 de diciembre en celebrar el Natalis invicti, el nacimiento del Sol Invencible, que después del solsticio, se engrandecía en fuerza y claridad. Símbolo del Sol era Mitra, divinidad oriental, cuyo culto había sido introducido en Roma en 274. De este modo, para hacer ocurrencia a la fiesta pagana consagrada al nacimiento del Sol natural (Mitra), la Iglesia comenzó celebrando este Sol novus...”



El mitraísmo fue una religión que nació en Persia (actual Irán) que tiene muchos aspectos parecidos al cristianismo. A finales del siglo III, se fundió la religión mitraica con el culto al sol y cristalizaron en la nueva religión del Sol Invictus. El emperador romano Aureliano la hizo oficial en el año 274, y cada 25 de diciembre se celebraba el festival del Natalis Solis Invicti (el nacimiento del sol invencible).


También en la temporada de diciembre se celebraban en Roma las saturnalia, o saturnales. Estas eran unas festividades hechas en honor al dios Saturno, en la que había bebida, comida e intercambio de regalos. Esta festividad también se denominaba fiesta de los esclavos, porque en ella los esclavos recibían más alimento, se podían vestir con ropas más finas. Las saturnales se celebraban del 19 al 25 de diciembre.


Volviendo al mitraísmo, esta religión tiene muchos parelelismos con el cristianismo, que encontramos muy interesantes. Remitamonos ahora a la obra de Uta Ranke-Heineman, No y Amén (página 287):


"El entorno romano helenista ejerció una influencia decisiva en el desarrollo de la eucaristia en el cristianismo primitivo. Sobre todo la religión de Mitra tuvo importancia en este desarrollo. el Mesías cristiano pasó a representar más y más el papel que le había sido asignado con anterioridad a Mitra, un dios del cielo y de la luz, venerado primero en la antigua Persia y que, desde el siglo I a. C., tuvo numerosos seguidores en Occidente. Mucho de lo que se creyó primero de Mitra fue transferido luego a Jesús. Mitra nació un 25 de diciembre (por eso los cristianos celebran la Navidad el 25 de diciembre). Fueron unos pastores los primeros en adorar al niño recién nacido. Después de haber hecho él el bien en la Tierra en favor de sus seguidores, celebró con ellos una última comida y retornó al cielo. Al fin de los tiempos Mitra volverá para juzgar a los hombres. Él conducirá a los elegidos a la vida eterna. Mitra se convirtió en el Sol Invicto (sol invictus), título que pasó a Jesús. Mitra era el dios protector del ejército romano hasta que éste, en tiempos de Constantino, comenzó a luchar y a vencer en el signo de la cruz. Y el domingo, que es en adelante el "Día del Señor", fue y es todavía el día del dios solar (Sonntag, en alemán; Sunday, en inglés).


Los seguidores de Mitra se reunían para celebrar comidas cultuales de tal modo parecidas a las celebraciones cristianas de la eucaristia que, por ejemplo, Justino (+165) considera las comidas cultuales de Mitra como una imitación demoníaca de la eucaristia cristiana... Y Tertuliano (+ después del 220) hace remontar al diablo el que los seguidores de Mitra "expresen de modo tan maligno incluso las acciones mediante las que se realizan los sacramentos de Cristo".

En ningún modo imitaron los seguidores de Mitra la eucaristia cristiana, sino al révés.."

Los cristianos que vivieron tras la legalización hecha por Constantino se encargaron de adaptar las tradiciones paganas a las cristianas. Finalmente en el año 350, el papa Julio I reconoció oficialmente el 25 de diciembre como la Fiesta de la Natividad.


Así pues nos llegó la celebración de la Navidad. Parece entoncés que la religión mayoritaria de Occidente fue poco imaginativa y muy plagiadora. Y deténgase a pensar un momento como sería culturalmente el mundo, o por lo menos Occidente, si Constantino no hubiese catapultado al cristianismo. Quizás este 25 de diciembre no se diría Feliz Navidad, sino Feliz Sol Invicto.



lunes, 10 de mayo de 2010

-LA HEREJIA


¿Se acuerdan del tema EXPERIMIENTO DE ADOCTRINAMIENTO de el chimpance que quería llegar arriba y tomar los jugosos plátanos pero cada vez que lo intentaba recibía una paliza de sus “compañeros”?, tengo que decir algo ¿Sabes que tiene nombre? ¿Sabes como le llaman los demás chimpancés? Le llaman HEREJE.





-Le llaman hereje por querer alcanzar algo mejor.
-Le llaman hereje por no conformarse con lo mismo que “su grupo”
-Le llaman hereje por investigar si esos “plátanos” pueden ser buenos… O quizás no.
-Le llaman hereje porque no opina igual que la mayoría.
-Le llaman hereje por querer encontrar explicación a esas “palizas irracionales”.
-Le llaman hereje por sentirse libre para actuar como cree que debe hacerlo.
-Le llaman hereje por no ser un preso oprimido por las normas institucionales.
-Le llaman hereje por pensar, por no agachar asustado su cabeza.
-Le llaman hereje por soñar que quizás haya una vida mejor fuera de “las cuatros paredes” de la jaula…


¿Y sabes lo peor? Que los mismos “compañeros” que le llaman “hereje”, son presa de sus propios prejuicios, de costumbres adquiridas y repetidas irracionalmente, incluso en el uso de esa palabra “hereje”… Y es que en una jaula no se puede soñar con vivir fuera de ella, ni con saltar de árbol en árbol tomando la comida fresca por uno mismo… Eso es una utopía, de modo que mejor se etiqueta al tipo que lo intente de “hereje” (cual insulto semejante a una condenación eterna y segura), y así nadie más querrá seguir los pasos del osado/a.


El tema es que si hablamos de religiones, cristianismo y varios, es paradójico que (sin querer entrar en discusión entre grupos denominacionales) los católicos llaman herejes a los protestantes, (los evangélicos, Adventistas, Bautistas, Anabaptistas etc) hacen lo propio con los católicos, dentro de cada uno de estos grupos hay subgrupos o sectas (perdón, quise decir denominaciones) que igualmente afirman que los demás son los herejes… Aparte el espíritu santo actua de maneras distintas en estas distintas iglesias. Y en todo este revuelo, multitudes de personas mueren sin saber que hay un Cristo maravilloso, y que es el Camino para alcanzar la vida plena, y la eterna, porque el mismo es la Vida según muchos cristianos.






En la actualidad ya no se tortura al creyente si duda de algo sobre fé, pero
en cierta forma es excluido.

Y cuando digo esto, tengo que aclarar que la palabra “hereje”, en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, tiene como primeras definiciones estas:



1.Persona que niega alguno de los dogmas establecidos por una religión.


2.Persona que disiente o se aparta de la línea oficial de opinión.



Pero no deja de ser curioso como este ilustre diccionario es también presa de la cultura represiva en que fue escrito, porque etimológicamente hablando, la raíz original de “hereje” para nada tenía que ver con la religión, de modo que ¿A qué viene esa primera definición? ¿Quién marca cual es el dogma correcto? ¿La Academia de la Lengua ahora imparte clases de Teología? (*) ¿Y nosotros le seguiremos la corriente una vez más? Pues yo no tengo esa intención.


En la WIKIPEDIA podemos leer muchas cosas acerca de esta palabra:

http://es.wikipedia.org/wiki/Herejía


“Basándose en la etimología griega de la palabra, que proviene de "hairesis", que significa una elección o un grupo de creyentes, es una escuela del pensamiento. La herejía es la expresión de una visión desde algo preestablecido, un credo. Por ejemplo, los católicos creen herejes a los protestantes, mientras que para algunos no católicos el catolicismo es considerado como la "Gran Apostasía". En la antigüedad no tenía un significado peyorativo.”



La palabra hereje viene de “hairesis”: Decisión tomada, me permite ser hereje sin tener que pedir perdón. […] La palabra "hairesis" era en principio "airesis." De "airesis", vino "airetikos", siempre dentro de la matriz griega. "Airetikos" se refiere a un acto que se salga de lo establecido, sin que necesariamente signifique una contravención ni una ilegalidad. Se trataba de una libertad de elegir, y esa elección no constituía delito. […]


Pero elegir fuera de las normas propias de lo común y corriente, le daba al "airetikos" cierta notoriedad. No siempre una mala notoriedad. "Airetikos" podría ser un artista fuera de lo ordinario, es decir extraordinario, alguien que se expande fuera de las normas teóricas de lo artístico y que sale de lo convencional.

En la antigüedad, a muchos de los mejores geómetras y matemáticos se los elogiaba por "airetikos", por haberse atrevido a indagar más allá de lo establecido. […]



Sin querer darse cuenta, algunos evangélicos y protestantes toman la misma definición de Hereje y Herejía que la que quedó como uso local de mano de escolásticos, inquisidores y conciliares católicos...

El sustantivo "pro-airesis" muestra que la herejía puede ser más bien saludable y honesta, que puede ser una muestra incluso de la libertad de conciencia para poder tomar decisiones en cuanto a la fe. Cuando una persona tiene "pro-airesis", tiene madurez, es una persona adulta con capacidad intelectual desarrollada que le permite tomar decisiones independientemente de todos sus ayos.



De modo que cuando empleamos la palabra “hereje” como sinónimo de algo malo o de desvío doctrinal, en realidad NO estamos tomando el sentido original de la palabra, sino el que le dio la historia de la iglesia “católica”. Veamos:


La historia comienza gobernando Constantino I el Imperio Romano, a principios del siglo IV d.C. Tuvo lugar en el año 317 el Concilio de Nicomedia (Nicea en latín) que entre otras cosas se erigió como tribunal para condenar a Arrio con la excomunión, si este no se retractaba de sus “pensamientos heréticos”, es decir, fuera de lo establecido por los dogmas que se estaban estableciendo por entonces. Aquí comenzó a usarse en todo despectivo o amenazante la palabra hereje (hasta entonces había sido algo así como sinónimo de elegir…)


Por no alargar la historia, podemos llegar hasta el año 1656 donde se dicta la bula “Gratia Divina” que da por definir la herejía como: “Enseñanza, creencia o defensa de dogmas, propuestas u opiniones en contra de las enseñanzas de la Santa Biblia, los Santos Evangelios, la Tradición o el Magisterio” [énfasis añadido].



Muchos textos corroboran el peregrinar hasta el deterioro del término “hereje”, pero baste con algunas anotaciones para tomar conciencia del cambio semántico:

“Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma” (Código de Derecho Canónico - CIC can. 751). -CIC# 2089.


“La herejía es la oposición voluntaria a la autoridad de Dios depositada en Pedro, los Apóstoles y sus sucesores y lleva a la excomunión inmediata o "latae sententiae" (Ver CIC can. 1364), es decir, a la separación de los sacramentos de la Iglesia.”


Bajo esta torcida visión, pretendían explicar por qué algunos personajes, fueron considerados herejes por motivos doctrinales (Lutero, Erasmo, Pedro Valdo, Calvino, Valentino y Pelagio…) La lista sería interminable. Pero sorprende aún más como convivió con la historia del “cristianismo” la que podríamos denominar “herejía científica” que en lugar de considerar la ventaja de tener mentes privilegiadas que traerían avances tremendos al mundo, prefirieron usar nuevamente la palabra “hereje” en tono despectivo y acusador, con personajes como:


- Hypatia de Alejandría, que a principios del siglo V de nuestra era, murió golpeada, arrastrada desnuda por la ciudad y despellejada, por el simple hecho de ser una adelantada filósofa y tener una mente preclara para la aritmética… como “problema añadido”, era mujer. Algo que parece estar ligado a ella, fue que uno de los lugares donde se la había podido ver a menudo, fue quemado por otros “cristianos”; hablamos de la famosa “Biblioteca de Alejandría”.



- Copérnico murió después de publicar un libro que establecía que la Tierra no era el centro inmóvil del Universo… Ya conoces la historia.

- Galileo Galilei tuvo que retractarse por decir que la Tierra giraba alrededor del Sol, para no morir de manos de la Inquisición…

¿Y qué diremos si recordamos a Jesucristo? ¿Acaso no fue un hereje para los supuestos “entendidos religiosos” de su época? ¿No creían que se salía del tiesto con sus enseñanzas y afirmaciones?

¿Por qué le cuesta tanto a nuestra cuadriculada mente admitir los cambios?


Por eso, en vista de esta escueta lista de personajes que marcaron historia, que fueron catalogados de “herejes”, podríamos decir que verdaderamente lo fueron, pero no en el sentido despectivo con que los catalogaron, sino con el del origen real de la palabra, el de personas que DECIDIERON ser distintas, formar parte de algo diferente, sobresalir en sus respectivas épocas por buscar (cada cual a su modo) la verdad, o un mayor entendimiento del mundo que les rodeaba.

De modo que si alguno quiere seguir diciendo hereje para descalificar a otro por su forma de pensar, que lo siga haciendo, pero a sabiendas de que le sigue la corriente a la “Santa Inquisición de la Iglesia Católica Romana”.

El Nuevo Testamento (versión RV60) usa la palabra “herejía” (gr. Airesis) solo en 3 ocasiones:


El texto más comprometido está en Gálatas 5:20, porque la palabra aparece con el matiz de su otra acepción, la de separación que puede desembocar en divisiones (a causa de pensar distinto). Se ve claro el sentido leyendo las palabras que cita inmediatamente antes y después en el texto bíblico (enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias…)


En 2ª Pedro 2:1 dice “herejías destructoras” donde no es la primera palabra la mala, sino el hecho de que esas decisiones tengan el propósito de destruir (ya que por sí sola, la palabra “herejías” no sería sinónimo de nada negativo en este contexto).


En Hechos 24:14 es Pablo el que dice a Félix: “Pero esto te confieso, que según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo al Dios de mis padres”. De modo que si seguir a Cristo es una herejía, con gusto me alegraré de que me llamen hereje.


Los que hoy dicen “hereje” bien podrían plantearse cambiar el término por: Falsos maestros, falsos profetas, engañadores, mentirosos, manipuladores, tergiversadores de la verdad, lobos vestidos de oveja, contenciosos y en algunos casos incluso blasfemos…


Sé que no es demasiado probable el hecho de que, tras cientos de años y millones de personas usando la palabra tratada en modo despectivo, esto cambie; pero al menos yo intentaré usar la palabra “hereje” con su significado inicial, como algo BUENO, como la DECISIÓN YA TOMADA de salir de lo aceptado por la mayoría, con el fin de investigar hasta estar plenamente convencido de por qué creo en lo que creo. Por eso, marcaré una sonrisa en mi rostro, alzaré mis ojos a los montes… Y cantaré esta canción:

“Quizás muchos piensen que un hereje soy,
Yo mientras sonrío, porque contento voy;
No me ofende esa palabra, a Dios gracias le doy,
Porque sigo en su Camino, ahí es donde estoy.”

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NOTA (*): El Diccionario de la Lengua Española, comete el mismo error de definir bajo el filtro doctrinal católico romano otras muchas palabras (además de la citada “herejía”). Algunos ejemplos que podríamos dar son: Bautismo, penitencia, blasfemia, pastor o sacramento.

-EXPERIMENTO DE ADOCTRINAMIENTO


En cierta ocasión, unos científicos norteamericanos decidieron realizar un experimento con chimpancés, para determinar si ciertos agentes externos eran capaces de modificar sus conductas habituales. La prueba se iniciaba encerrando diez monos en una gran jaula que imitaba su hábitat natural, y en él, un lugar destinado a depositar las raciones diarias de comida.




Al principio, se acostumbró a los primates a comer dos veces por día, mañana y tarde, a una hora determinada e inamovible. Los animales pronto se acomodaron a los horarios, al punto de saber cuando vendrían los comestibles que se deslizaban por esas mágicas trampillas. Hasta aquí todo bien.

La primera variante fue descolgar cierto día, fuera del horario de comida establecido, una piña de plátanos frescos y jugosos. Los chimpancés no lo esperaban, pero en cuanto vieron ese "regalo caído del cielo”, se lanzaron sobre él; lo que no esperaban era el potente chorro de agua a presión que les dispararía para disuadirlos de tomar esos plátanos, y es que la recia descarga acuífera les impactaba con tanta dureza que los hacía caer al suelo. Además, otros chorros se disparaban en toda la jaula, de modo que todos los monos se mojaban; lógicamente eso producía un enfado general.

La historia se repitió varios días, hasta que la mayoría de la comunidad aceptó que esos plátanos eran intocables... Pero aparecía de vez en cuando algún mono rebelde que intentaba alcanzar los codiciados manjares. Como los chorros de agua no solo mojaban al asaltante, sino a todos los demás, la comunidad decidió darle una paliza al que se atreviera de ellos a intentar llegar al techo en busca de los plátanos... Al fin y al cabo, la comida no les faltaría, pues a la hora acostumbrada llegaban las raciones diarias de comida de gran calidad.






Llegó el momento en que ninguno de los monos hacía ni el más mínimo intento por alcanzar los frutos venidos de arriba; ese fue el lapso escogido por los científicos para añadir otra variante: Sustituyeron uno de los primates por otro nuevo.



Al día siguiente, cuando "la tentación" apareció colgada, el nuevo mono se abalanzó sin pensarlo sobre ella, pero la reacción de su comunidad estaba ya trazada, y el pobre chimpancé tuvo que soportar a todos sus compañeros golpeándole, chillándole y disuadiéndole de acercarse a ese peligroso cebo; hay que notar que desde ese día el agua no volvió a caer nunca más, pero los monos no estaban dispuestos a que sucediera de nuevo, de modo que no permitirían más intentos temerarios, no fuera que el agua presurizada volviera a incomodarlos. No tardó mucho el nuevo chimpancé en comprender el sistema, y pronto se conformó a ver bajar y subir aquellos maravillosos plátanos sin que nadie los tocara, pero nunca “pudo comprender” por qué no le dejaban asir aquellos frutos llamativos...

Pasada esta fase, los humanos sustituyeron un nuevo mono, y evidentemente, se repitió la historia del novato agredido por sus congéneres al intentar tomar los frutos "no permitidos". Luego vino un tercero, un cuarto... Hasta un décimo chimpancé novel a la jaula, que a golpes aprendió la lección. Ninguno de los nuevos inquilinos sufrió jamás el ataque del chorro presurizado, solo aprendió la furia con que los otros vecinos de jaula embestían contra el que lo intentara, por algún motivo “misterioso”.


Llegado este momento se dio por concluido el experimento, y lo consideraron un éxito absoluto ¿Pero por qué?


Los estudiosos consiguieron establecer una pauta en la comunidad simia: Ninguno de los primates se acercaría más a los substanciosos plátanos que cada día bajaran a la vista de todos. Lo curioso del experimento es que, al no quedar ninguno de los diez monos que comenzaron el experimento, ninguno de los enjaulados sabía exactamente qué pasaría si uno de ellos llegara a coger los plátanos; ninguno de ellos había recibido el impacto de los chorros a presión que recibieron los primeros, sin embargo ni uno solo de ellos se atrevería a intentarlo… ¡Por temor a la amenaza de sus propios compañeros!


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¿No te resulta curioso lo que una costumbre adquirida puede hacer? Alguno puede pensar que estos experimentos solo funcionan con animales, pero hoy día hay humanos que se comportan de manera semejante a estos monos: Hay gente que sigue costumbres y supersticiones sin saber de dónde vienen, ni quién las inició, ni qué pasaría si algo cambiara, ni siquiera saben si son beneficiosas o perjudiciales ¡Pero las siguen haciendo!



Y profundizando en la herida, decir que hay lugares que se llaman cristianos (de cualquier índile), en los que se establecen ritos, liturgias y tradiciones que se convierten en ley intocable: Quien ose remover esos cimientos, puede salir mal parado, y tachado de rebelde, mal cristiano, murmurador, obstáculo, piedra de tropiezo, falso maestro, cuestionador de la autoridad, orgulloso, engañador, insumiso, irreverente... E incluso, algunos usarán palabras mal empleadas, sin saber siquiera lo que de veras significan, con la única intención de ofender, palabras tales a estas: Apóstata, hereje, anticristo...


El sistema funciona así, y habría que plantearse quién movió los hilos para que así fuese ¿Quién maneja el asunto para que todos se comporten como marionetas que siguen el guión establecido por alguien que no conocen y por razones que ignoran? Cualquiera que sea manejado por ese “ente”, argumentará una simple frase: "Me lo enseñaron así. No hay más que hablar. No debo cuestionar o estar murmurando"