Generalmente
nunca hay que dudar de las buenas intenciones de algunos testigos y sabemos que cuando comentan que algo les está pasando y
perturbando sus vidas están siendo tremendamente sinceros, creen a pies
juntillas y sin la más mínima duda que algo extraño, algo que escapa a su
entendimiento más racional está sucediendo.... En definitiva, algún tipo de
fenómeno paranormal está desequilibrando sus vidas...
Cuando
esto sucede lo primero que intentan es acallar todo tipo de comentario y a ser
posible que no se entere nadie, pues el tacharlos de locos es lo más común en
estos casos, máxime cuando están hartos de ver y escuchar en todo tipo de
medios, un ejemplo claro lo tenemos en esos programas de TV, como a cualquier
persona que cuenta abiertamente sus experiencias, son machacados con todo tipo
de descalificaciones, llegando a ridiculizarlos cruelmente, claro que para eso
“estos” programas ya tienen una meditada infraestructura preparada para el
caso, “grandes” especialistas de “probada” sabiduría, con una amplia y
“dilatadísima” experiencia en estas lídes, amen (como no) de contar con los
“otros” testigos invitados por “puro azar” sin ningún tipo de “interés” y
malevolencia, gente tremendamente “seria” de una credibilidad “incuestionable”
y una objetividad fuera de toda “duda”.
Una
cosa queda clara, entre los sabios análisis de unos y los testimonios de otros,
no queda más remedio que reconocer, que los últimos están como cabras... Lo
peor es que intencionadamente se ha metido en el mismo saco el testimonio
serio, la habilidad de los “entendidos” hace que automáticamente se les
relacione con el “resto”... Resultado final, las correspondientes risas, tanto
de público presente como telespectadores, el morbo sigue creciendo y la
audiencia también...
Esta
es la cruda realidad a la que nos enfrentamos, tanto los amantes del misterio
como los testigos serios, rigurosos y sin ganas de figurar en ningún sitio,
pero con un deseo claro, que alguien intente explicar que es lo que les está
pasando y lo más importante, que se le solucione su problema.
En
fin, creo que poco favor hacen esos programas mediocres a la investigación en
general y a los testigos en particular, las consecuencias ya las vemos a
diario, cada día cuesta más que los testigos hablen abiertamente de sus casos y
cuando a regañadientes acceden, la primera premisa es que no aparezca ni su
nombre ni fotos ni... Casi nada...
Los
pocos casos que en los últimos tiempos nos llegan, suelen ser de gente muy
desesperada, que no encuentra salida a su problema y como última instancia
contacta contigo. Otros llegan por medio de amigos y conocidos que conocen tu
forma de trabajar, saben de tu discreción, que la prioridad si así lo desean es
mantener el anonimato de los testigos.
A
continuación presentaremos un caso de los miles que hay en el mundo con
respecto a fenómenos paranormales.
Lo
siguiente es la investigación de Antonio
Perez, archivo perteneciente a
Adimencional.
Antonio
Pérez
-Este
sería el caso que en estos momentos nos ocupa y que paso a relatar
cronológicamente como es mi costumbre:
El
contacto, parte muy importante del investigador
Una
persona conocedora de mis andaduras en busca de todo tipo de fenómenos que se
salgan de lo normal me hace una llamada telefónica, comentándome que hay unos
vecinos suyos que tienen problemas. Desde hace días están sufriendo unos ruidos
muy extraños es su casa, los cuales no tienen explicación aparente y que están
perturbando la tranquilidad de la casa, hasta el punto de no dejarles ni dormir
por el miedo que les produce y que estarían dispuestos a que los visitáramos.
El
Viernes 29 de Septiembre de 2.000, a las 17h, (5:00pm) mi compañera de
andaduras María y yo pasamos por la casa en cuestión, nos recibe una señora de
unos 65 años, con una gran amabilidad nos pide que por favor pasemos dentro
para poder hablar tranquilamente, evitar suspicacias con los vecinos y miradas
indiscretas. Una vez en el interior de la casa, nos cuenta con todo lujo de
detalles su problema, afirma que en los últimos días se están produciendo unos
extraños ruidos en su casa.
En
las siguientes líneas resumo lo más significativo de la entrevista:
-¿Cuánto tiempo hace que
estáis sufriendo esos extraños ruidos?
-Desde
hace unos cuantos días.
-¿Cuántos más o menos?
-
Siete días.
-¿Cuánta gente vive en
esta casa?
-Yo
que soy viuda, mi hija con su marido y mis dos nietos.
-¿Quién fue la primera persona
en percatarse de los ruidos?
-Mi
hija, estaba en casa en ese momento de comenzar los dichosos ruidos, pero
después los hemos escuchado todos.
-¿Tienen unas horas específicas
para aparecer?
-No,
pueden aparecer en cualquier momento del día, pero son más abundantes y
seguidos por la noche.
-¿Entonces pueden
producirse ahora mismo?
-Sí,
incluso hace un rato, unos minutos antes de que llegarais se han producido dos
muy fuertes y seguidos.
-¿Qué tipo de ruidos son
los que escucháis?
-De
todo tipo, pero los más normales son unos que parecen que están aporreando las
paredes, los muebles, etc..
-¿Alguna voz humana? ¿Lamentos?
¿Suspiros? ¿Pasos?
-En
ocasiones parece como si alguien murmurara algo.
-¿Podéis entender algo,
alguna frase coherente o nombre?
-Como
te decía, es como si alguien dijera algo, que no somos capaces de entender y
seguidamente, golpes, golpes muy fuertes, que hacer retumbar toda la casa.
-¿Sucede algo más en la
casa?
-Sí,
la televisión se enciende sola, el equipo de música también y en ocasiones
tenemos unos olores muy fuertes y desagradables.
En
muchas ocasiones los fenómenos no son lo que parecen
En ese mismo instante que estábamos
entrevistando a la amable señora, un estruendoso ruido nos sorprende a todos,
seguido de otro algo menos contundente, pero de una audibilidad perfecta y con
una característica muy clara, los golpes eran secos y difíciles de ubicar
dentro de la casa, no sabíamos de donde procedían.
-¿Los habéis escuchado?
¿Veis como no miento?
-En
ningún momento hemos dudado de su palabra señora
Le
comentamos para tranquilizarla, mientras nos volvíamos locos intentando ubicar
el sitio de procedencia del ruido.
Además de la grabadora de reportero
que estábamos utilizando para grabar la entrevista, decidimos a partir de ese
momento colocar un grabador de sobremesa con micrófono exterior, el lugar
elegido fue un rincón de la casa alejado de nosotros, del cual tras una rápida
consulta (entre María y yo) creímos que procedía el ruido.
Se
trataba de una pequeña habitación con dos camas, la cual pertenecía a un hijo
de la señora, ya casado y que estaban utilizando los niños de la hija que vivía
con ella.
Éramos
testigos del supuesto fenómeno acústico, ahora nos tocaba intentar averiguar,
¿qué eran esos sonidos? ¿De dónde procedían? ¿Quién o que los producía?.
Pasamos la tarde escrutando hasta el
último rincón de la casa, buscando algo que nos indujera a encontrar la
procedencia de los ruidos, llegó la hija, el yerno, incluso el hijo que ya no
vivía en casa. Todos y cada uno nos comentaron que ellos también habían sido
testigos en infinidad de ocasiones en esos días de los extraños sonidos.
Testimonios
enriquecedores, que ya no eran necesarios, por una vez éramos testigos de
excepción de los fenómenos; generalmente siempre llegamos tarde y nos tenemos
que conformar con lo que los inquilinos nos cuentan... Pasadas unas horas y sin
tener el más mínimo indicio de la procedencia de los extraños ruidos, decidimos
marcharnos y dejar descansar a la familia, quedando para el día siguiente con
más tranquilidad y ya conocido el fenómeno continuar con las pesquisas hasta
altas horas de la noche, pues según ellos eran las horas en las que el fenómeno
aumentaba su intensidad.
El Sábado 30 de Septiembre del 2.000,
19:00 horas, (7:00pm) entramos en la
casa, preguntamos por la noche anterior y nos comentan que como los días
anteriores los ruidos fueron más persistentes durante la noche, incluso el
yerno estuvo haciendo guardia durante algunas horas para tranquilizar a la
familia.
Comenzamos
por colocar los grabadores de sobremesa en diferentes zonas de la casa,
queríamos tener constancia de todos los sonidos que se produjeran en la misma,
en el modesto despliegue de medios que realizamos también colocamos una cámara
de video con trípode grabando todo lo que sucediera en el comedor, realizamos
algunos barridos fotográficos en las distintas estancias, a la misma vez que
utilizamos un medidor de campo magnético, sin encontrar ninguna anomalía
energética reseñable, examinamos grifos, cañerías, tendido eléctrico interior y
exterior de la casa. Durante horas seguimos buscando. Los sonidos muy
esporádicamente se seguían sucediendo, nuestra intriga y desconcierto por no
localizar la procedencia exacta de los mismos aumentaba por minutos, uno por
aquí, otro por allá... Al ser muy esporádicos y provenir de diferentes sitios
la tarea se hacía arduamente difícil.
Ubicamos
la procedencia de los ruidos
Cuando ya era un poco tarde (23:00h
aproximadamente) (11:00pm) como nos
habían comentado los sonidos comenzaron a ser más seguidos, se hicieron más
persistentes y con diferentes grados de intensidad, grandes golpes mezclados
con unos muchísimo menos intensos que en ocasiones parecían realmente que
alguien murmuraba algo, finalmente los indicios nos llevaron a ubicar
perfectamente la procedencia de los sonidos, efectivamente procedían de diferentes lugares, pero siempre esos
lugares correspondían a donde tenían aparatos
conectados a la red, televisiones, equipos de música, etc, tras comprobarlo
más detenidamente, llegamos a la conclusión que dichos sonidos procedían del
interior de los mismos... Ahora sólo quedaba saber cómo y porqué se producían,
pues la red eléctrica de la casa estaba aparentemente perfecta... Esa noche,
nos fue imposible encontrar la procedencia de la supuesta anomalía eléctrica,
pero conseguimos dar un gran paso para descartar la paranormalidad de los
sonidos.
En ocasiones la divina providencia
parece que nos asiste, me explicaré:
Después de examinar una y mil veces
todo el tendido eléctrico de la casa y su entorno sin encontrar nada, una de
las siguientes tardes y cuando ya estaba a punto de desistir del intento de
encontrar la explicación que nos sacara a todos de la más mínima duda, me
dirigía a la casa en cuestión, algo llamó mi atención, vi unos cables del
tendido eléctrico, pertenecían a unos postes antiguos de esos que ya casi no se
ven ni en los pueblos, pero que aún funcionan, estaban situados dos calles más
atrás de donde estaba la casa, detuve el coche y me quede mirando, esos cables por
alguna razón estaban destensados, el
aire los movía, mientras los observaba me surgió una idea.
¿Y si fueran esos cables los causantes de los
ruidos?
Por la forma de moverse con el aire,
no era descartable ni descabellado que ocasionalmente se tocaran... Lo siguiente que hice fue seguir la
dirección de los cables y... Sí, exactamente, eso cables llegaban hasta el
poste eléctrico que abastecía la casa...
El tendido eléctrico, responsable de los ruidos.
Conclusiones
El resto fue fácil de demostrar, sólo
necesitábamos un par de teléfonos móviles, para estar en contacto con el
interior de la casa, una “vara” larga y provocar el contacto a nuestro antojo,
el resultado fue el esperado, los
aparatos en ocasiones unos y en otras otros, debido a las diferentes sensibilidades
eléctricas, reproducían con sonidos el contacto que nosotros provocábamos con
el acercamiento de los cables, me faltaba saber por qué en ocasiones eran los
sonidos muy seguidos y menos contundentes, la respuesta también fue fácil de
encontrar, la humedad de la noche hacia que al más mínimo
acercamiento entre cables aún sin tener contacto directo produjera
“chisporroteos” convirtiéndolos en sonidos leves y seguidos dentro de los
aparatos, curiosamente conseguían el efecto acústico suficiente para que fueran
confundidos con murmullos de personas...
Quedaban
algunos flecos sueltos por resolver, me puse manos a la obra, la señora hablaba
de malos olores en la casa...
Pues bien, decir que en los días que
permanecimos en la casa, esos supuestos malos olores no aparecieron, cierto es
que esa casa parecía un bunker, siempre
cerrada, todas las ventanas
lacradas, ni una gota de luz ni aire entraba por ellas, yo tras demostrarle
que el problema de los ruidos eran producidos por los cables de alta tensión,
le aconsejé que abriera la casa, que el aire corriera por todos los rincones,
que limpiara todo de dentro de la casa hacia fuera y que seguro la obsesión de
los malos olores desaparecerían por completo, pues todo era cuestión del aire viciado que respiraban y algo muy
importante es que dejara de pensar en 'malos rollos', pues su casa estaba
“limpia”...
Es lo único que se me ocurrió,
utilizar (como placebo) la excusa de la limpieza hacia fuera de la casa, pues
no hay nada peor que unas personas obsesionadas y sugestionadas.. Todo son
fantasmas y fenómenos paranormales por todas partes y afortunadamente no es
así, digo esto por la preservación de la salud mental de cada uno.
Generalmente
uno encuentra casos en los que en principio las características y connotaciones
del mismo, hacen presumir que estamos ante algo que puede ser como digo yo
“paranormalmente interesante”, justo es decir que en la grandísima mayoría de
los mismos, finalmente y tras las pesquisas pertinentes efectuadas sobre el
terreno, uno descubre que de fenómeno paranormal nada de nada y sí, más bien un
fenómeno físico fácilmente explicable
Una
vez el caso resuelto, me quedaba algo por hacer... Yo sabía cómo se producían
los ruidos, pero técnicamente no sabía ni el cómo, ni por qué y cómo me gusta atar todos los cabos, decidí
preguntar a gente más cualificada que yo en estos temas de la electricidad,
para lo cual contacté con mi gran amigo Iván
Hitar, electrónico de profesión y lógicamente conocedor muchísimo más que
yo, de este tema, le solicité todo tipo de información y como siempre se prestó
a darme todo tipo de detalles...
Comentario sobre el caso de Iván Hitar
A los que conocen la naturaleza de la
electricidad, no es necesario el comentarles lo que esta puede llegar a
ocasionar. En muchísimas ocasiones la electricidad, más concretamente sus
efectos sobre aparatos que funcionan con ella, puede ocasionar comportamientos que a priori pueden parecernos de
naturaleza paranormal, pero como en todo en esta vida, hay que buscarles
explicaciones lógicas y naturales y sólo si no la encontramos podremos
investigar otras causas más inusuales.
Todos
hemos vivido en nuestra piel, la curiosa
experiencia de ver con nuestros ojos, como un televisor que está conectado a la
red eléctrica se enciende o se apaga sin que nadie haya pulsado el botón de
encendido/apagado.
La primera reacción es el asombro al
ver tal efecto, y son muchos los que atribuyen la 'mano' de algún ente o
fantasma… Nada más lejos de la realidad.
Los mandos a distancia
con los que controlamos nuestros aparatos eléctricos, siguen un protocolo de
emisión por frecuencia que es recibido a su efecto por, por ejemplo, nuestro
televisor.
-Una
interferencia producida por una potente emisora de radio o televisión.
-Una onda de
radioaficionado.
-Tormentas
eléctricas (no necesariamente cercanas a nuestra casa) pueden ocasionar que
nuestro televisor se encienda, se apague, cambie de canal, etc.
-Otra
posibilidad es que haya un defecto en el mando a distancia, como por ejemplo,
cuando lo usamos mucho y los botones de
éste se encuentra algo deteriorada, se depositan en la superficie del botón,
por ejemplo, de encendido y apagado (el que más se suele usar), la grasa, sudor
y sales minerales segregadas por nuestra
piel y es esta sustancia la que se introduce desde el botón al interior
electrónico del mando a distancia, provocando el mismo efecto conductor que
cuando pulsamos la tecla.
Todo se complica cuando el defecto o
el mal funcionamiento se encuentra fuera de nuestra casa, cuando no sólo afecta
a un aparato concreto, si no cuando afecta a toda la red eléctrica de nuestra
casa. Como todos sabemos, para que nuestro hogar disponga de corriente
eléctrica, esta ha de ser distribuida por las calles, antiguamente mediante
postes de madera y más recientemente mediante tiradas subterráneas. La tensión
que circula por las calles es de 220
Voltios y procede directamente de una estación transformadora.
La tirada de línea se dividía
antiguamente en dos gruesos cables, que como hemos dicho, eran transportados
por los añejos postes de madera y estos dos cables iban sin aislamiento, para ahorrar así peso, calculándose la
distancia entre estos dos cables para que ni con fuertísimas ráfagas de viento
se tocaran entre sí produciendo un cortocircuito ocasionando así el disparo de
las medidas de protección situadas en la propia estación transformadora, y en
el peor de los casos, producir gravísimas averías en nuestras casas.
Pero si sucede como en el caso que nos
está relatando Antonio Pérez, es decir, que esos cables se destensan y con el aire se tocan entre sí, se pueden producir anomalías en la red eléctrica que suministraba
energía a esa casa.
¿De qué manera y tipo son esas
anomalías? Ahora lo veremos de una forma sencilla.
He consultado a un buen amigo, técnico
en electricidad y trabajador de una importante compañía eléctrica, indicándome
lo siguiente:
"Sería
lógico pensar que cuando esos cables de la calle se tocan entre sí, las
protecciones existentes en la estación transformadora saltarían ante tal
cortocircuito. Pero tenemos que tener en cuenta dos cosas. La primera es que si
se trata de una instalación antigua, las protecciones son un tanto
rudimentarias, como seccionadores manuales existentes ya en pocas estaciones
transformadoras y la eficacia de estas es dudosa, prueba de ello es que hace
unos años eran más frecuentes los 'apagones' que hoy en día. La segunda
consideración diré que han habido muchos casos en los que estas protecciones no
han saltado por el hecho de que al ser el cortocircuito un tanto esporádico, no
se produce un aumento considerable de corriente durante mucho tiempo, por lo
tanto, éstas se van deteriorando poco a poco, llegando a durar hasta 6 meses
sin estropearse del todo. Pero cada vez
que esos cables se tocan, introducen 'picos' de tensión en las casas
abastecidas, y cualquier aparato que
tengamos conectado a la red, aunque no esté encendido, recibirá estas
perturbaciones y ocasionará en él posibles golpes o ruidos en apariencia
extraños. Un ejemplo sería un televisor enchufado pero no encendido. Aunque no lo tengamos encendido, una
parte de la electrónica está alimentada, como puede ser el puente de diodos, el
transformador-elevador, condensadores, etc., entonces los 'picos' de tensión
que tenemos en la red provocan, digamos, el sufrimiento de estos componentes, ocasionando chasquidos y fuertes golpes,
incrementándose estos cuanto más antiguo sea el televisor."
Como vemos este fenómeno eléctrico es
más natural de lo que esperábamos en un primer momento, esclareciéndose gracias
al uso de la lógica y la ciencia.
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