sábado, 29 de mayo de 2010
- Y COMO LO SABEN
miércoles, 19 de mayo de 2010
-FELIZ SATURNALES Y FELIZ CUMPLEAÑOS A MITRA
Para empezar diremos que Jesús no nació el 25 de diciembre, tampoco hubo ángeles anunciando su nacimiento a los pastores, ni tampoco nacimiento virginal. El absurdo católico de que María concibió siendo virgen, y que milagrosamente permaneció virgen después del parto, es una leyenda con estatus de sagrado gracias a las vueltas de la historia, que empezó con el emperador Constantino I El Grande (272-337).
Constantino fue el primer emperador romano que aceptó y legalizó al cristianismo en el año 321, dándole un gran estatus. Tras su decisión el cristianismo pasó de religión oprimida a ser la religión opresora. De no haber sido por su imperial decisión, hoy los carteles religiosos quizás dirían "Mitra te ama, aceptalo como tu salvador personal", y quizás las revistas Atalaya y Despertad serían publicadas por los Testigos de Mitra.
Gente religiosa serguiría existiendo, pero quizás el cristianismo sería una religión minoritaria como hoy lo es el judaísmo.
Para los investigadores y teólogos que conocen la tergiversación que los autores de los evangelios hicieron para hacer parecer que Jesús era el Mesías; como el autor de Mateo creo la historia de que Jesús nació de una mujer virgen y que era el cumplimiento de las profecías judías; y como el evangelista de Lucas hace un enredo de fechas que deja mal parada la Biblia como fiable.
¿Pero de dónde viene la celebración de navidad? La respuesta la podemos encontrar en la Enciclopedia de la Religión Católica, tomo IV:
“La razón que llevó la Iglesia Romana a fijar la festividad en ese día, parece ser su tendencia a suplantar las festividades paganas por otras cristianas. De este modo se originaron muchas de las actuales fiestas litúrgicas. Ahora bien sabemos que entonces en Roma los paganos consagraban el día 25 de diciembre en celebrar el Natalis invicti, el nacimiento del Sol Invencible, que después del solsticio, se engrandecía en fuerza y claridad. Símbolo del Sol era Mitra, divinidad oriental, cuyo culto había sido introducido en Roma en 274. De este modo, para hacer ocurrencia a la fiesta pagana consagrada al nacimiento del Sol natural (Mitra), la Iglesia comenzó celebrando este Sol novus...”
El mitraísmo fue una religión que nació en Persia (actual Irán) que tiene muchos aspectos parecidos al cristianismo. A finales del siglo III, se fundió la religión mitraica con el culto al sol y cristalizaron en la nueva religión del Sol Invictus. El emperador romano Aureliano la hizo oficial en el año 274, y cada 25 de diciembre se celebraba el festival del Natalis Solis Invicti (el nacimiento del sol invencible).
También en la temporada de diciembre se celebraban en Roma las saturnalia, o saturnales. Estas eran unas festividades hechas en honor al dios Saturno, en la que había bebida, comida e intercambio de regalos. Esta festividad también se denominaba fiesta de los esclavos, porque en ella los esclavos recibían más alimento, se podían vestir con ropas más finas. Las saturnales se celebraban del 19 al 25 de diciembre.
Volviendo al mitraísmo, esta religión tiene muchos parelelismos con el cristianismo, que encontramos muy interesantes. Remitamonos ahora a la obra de Uta Ranke-Heineman, No y Amén (página 287):
"El entorno romano helenista ejerció una influencia decisiva en el desarrollo de la eucaristia en el cristianismo primitivo. Sobre todo la religión de Mitra tuvo importancia en este desarrollo. el Mesías cristiano pasó a representar más y más el papel que le había sido asignado con anterioridad a Mitra, un dios del cielo y de la luz, venerado primero en la antigua Persia y que, desde el siglo I a. C., tuvo numerosos seguidores en Occidente. Mucho de lo que se creyó primero de Mitra fue transferido luego a Jesús. Mitra nació un 25 de diciembre (por eso los cristianos celebran la Navidad el 25 de diciembre). Fueron unos pastores los primeros en adorar al niño recién nacido. Después de haber hecho él el bien en la Tierra en favor de sus seguidores, celebró con ellos una última comida y retornó al cielo. Al fin de los tiempos Mitra volverá para juzgar a los hombres. Él conducirá a los elegidos a la vida eterna. Mitra se convirtió en el Sol Invicto (sol invictus), título que pasó a Jesús. Mitra era el dios protector del ejército romano hasta que éste, en tiempos de Constantino, comenzó a luchar y a vencer en el signo de la cruz. Y el domingo, que es en adelante el "Día del Señor", fue y es todavía el día del dios solar (Sonntag, en alemán; Sunday, en inglés).
Los seguidores de Mitra se reunían para celebrar comidas cultuales de tal modo parecidas a las celebraciones cristianas de la eucaristia que, por ejemplo, Justino (+165) considera las comidas cultuales de Mitra como una imitación demoníaca de la eucaristia cristiana... Y Tertuliano (+ después del 220) hace remontar al diablo el que los seguidores de Mitra "expresen de modo tan maligno incluso las acciones mediante las que se realizan los sacramentos de Cristo".
En ningún modo imitaron los seguidores de Mitra la eucaristia cristiana, sino al révés.."
Los cristianos que vivieron tras la legalización hecha por Constantino se encargaron de adaptar las tradiciones paganas a las cristianas. Finalmente en el año 350, el papa Julio I reconoció oficialmente el 25 de diciembre como la Fiesta de la Natividad.
Así pues nos llegó la celebración de la Navidad. Parece entoncés que la religión mayoritaria de Occidente fue poco imaginativa y muy plagiadora. Y deténgase a pensar un momento como sería culturalmente el mundo, o por lo menos Occidente, si Constantino no hubiese catapultado al cristianismo. Quizás este 25 de diciembre no se diría Feliz Navidad, sino Feliz Sol Invicto.
lunes, 10 de mayo de 2010
-LA HEREJIA
¿Se acuerdan del tema EXPERIMIENTO DE ADOCTRINAMIENTO de el chimpance que quería llegar arriba y tomar los jugosos plátanos pero cada vez que lo intentaba recibía una paliza de sus “compañeros”?, tengo que decir algo ¿Sabes que tiene nombre? ¿Sabes como le llaman los demás chimpancés? Le llaman HEREJE.
-Le llaman hereje por querer alcanzar algo mejor.
-Le llaman hereje por no conformarse con lo mismo que “su grupo”
-Le llaman hereje por investigar si esos “plátanos” pueden ser buenos… O quizás no.
-Le llaman hereje porque no opina igual que la mayoría.
-Le llaman hereje por querer encontrar explicación a esas “palizas irracionales”.
-Le llaman hereje por sentirse libre para actuar como cree que debe hacerlo.
-Le llaman hereje por no ser un preso oprimido por las normas institucionales.
-Le llaman hereje por pensar, por no agachar asustado su cabeza.
-Le llaman hereje por soñar que quizás haya una vida mejor fuera de “las cuatros paredes” de la jaula…
¿Y sabes lo peor? Que los mismos “compañeros” que le llaman “hereje”, son presa de sus propios prejuicios, de costumbres adquiridas y repetidas irracionalmente, incluso en el uso de esa palabra “hereje”… Y es que en una jaula no se puede soñar con vivir fuera de ella, ni con saltar de árbol en árbol tomando la comida fresca por uno mismo… Eso es una utopía, de modo que mejor se etiqueta al tipo que lo intente de “hereje” (cual insulto semejante a una condenación eterna y segura), y así nadie más querrá seguir los pasos del osado/a.
El tema es que si hablamos de religiones, cristianismo y varios, es paradójico que (sin querer entrar en discusión entre grupos denominacionales) los católicos llaman herejes a los protestantes, (los evangélicos, Adventistas, Bautistas, Anabaptistas etc) hacen lo propio con los católicos, dentro de cada uno de estos grupos hay subgrupos o sectas (perdón, quise decir denominaciones) que igualmente afirman que los demás son los herejes… Aparte el espíritu santo actua de maneras distintas en estas distintas iglesias. Y en todo este revuelo, multitudes de personas mueren sin saber que hay un Cristo maravilloso, y que es el Camino para alcanzar la vida plena, y la eterna, porque el mismo es la Vida según muchos cristianos.
Y cuando digo esto, tengo que aclarar que la palabra “hereje”, en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, tiene como primeras definiciones estas:
1.Persona que niega alguno de los dogmas establecidos por una religión.
2.Persona que disiente o se aparta de la línea oficial de opinión.
Pero no deja de ser curioso como este ilustre diccionario es también presa de la cultura represiva en que fue escrito, porque etimológicamente hablando, la raíz original de “hereje” para nada tenía que ver con la religión, de modo que ¿A qué viene esa primera definición? ¿Quién marca cual es el dogma correcto? ¿La Academia de la Lengua ahora imparte clases de Teología? (*) ¿Y nosotros le seguiremos la corriente una vez más? Pues yo no tengo esa intención.
En la WIKIPEDIA podemos leer muchas cosas acerca de esta palabra:
http://es.wikipedia.org/wiki/Herejía
“Basándose en la etimología griega de la palabra, que proviene de "hairesis", que significa una elección o un grupo de creyentes, es una escuela del pensamiento. La herejía es la expresión de una visión desde algo preestablecido, un credo. Por ejemplo, los católicos creen herejes a los protestantes, mientras que para algunos no católicos el catolicismo es considerado como la "Gran Apostasía". En la antigüedad no tenía un significado peyorativo.”
La palabra hereje viene de “hairesis”: Decisión tomada, me permite ser hereje sin tener que pedir perdón. […] La palabra "hairesis" era en principio "airesis." De "airesis", vino "airetikos", siempre dentro de la matriz griega. "Airetikos" se refiere a un acto que se salga de lo establecido, sin que necesariamente signifique una contravención ni una ilegalidad. Se trataba de una libertad de elegir, y esa elección no constituía delito. […]
Pero elegir fuera de las normas propias de lo común y corriente, le daba al "airetikos" cierta notoriedad. No siempre una mala notoriedad. "Airetikos" podría ser un artista fuera de lo ordinario, es decir extraordinario, alguien que se expande fuera de las normas teóricas de lo artístico y que sale de lo convencional.
En la antigüedad, a muchos de los mejores geómetras y matemáticos se los elogiaba por "airetikos", por haberse atrevido a indagar más allá de lo establecido. […]
Sin querer darse cuenta, algunos evangélicos y protestantes toman la misma definición de Hereje y Herejía que la que quedó como uso local de mano de escolásticos, inquisidores y conciliares católicos...
El sustantivo "pro-airesis" muestra que la herejía puede ser más bien saludable y honesta, que puede ser una muestra incluso de la libertad de conciencia para poder tomar decisiones en cuanto a la fe. Cuando una persona tiene "pro-airesis", tiene madurez, es una persona adulta con capacidad intelectual desarrollada que le permite tomar decisiones independientemente de todos sus ayos.
De modo que cuando empleamos la palabra “hereje” como sinónimo de algo malo o de desvío doctrinal, en realidad NO estamos tomando el sentido original de la palabra, sino el que le dio la historia de la iglesia “católica”. Veamos:
La historia comienza gobernando Constantino I el Imperio Romano, a principios del siglo IV d.C. Tuvo lugar en el año 317 el Concilio de Nicomedia (Nicea en latín) que entre otras cosas se erigió como tribunal para condenar a Arrio con la excomunión, si este no se retractaba de sus “pensamientos heréticos”, es decir, fuera de lo establecido por los dogmas que se estaban estableciendo por entonces. Aquí comenzó a usarse en todo despectivo o amenazante la palabra hereje (hasta entonces había sido algo así como sinónimo de elegir…)
Por no alargar la historia, podemos llegar hasta el año 1656 donde se dicta la bula “Gratia Divina” que da por definir la herejía como: “Enseñanza, creencia o defensa de dogmas, propuestas u opiniones en contra de las enseñanzas de la Santa Biblia, los Santos Evangelios, la Tradición o el Magisterio” [énfasis añadido].
Muchos textos corroboran el peregrinar hasta el deterioro del término “hereje”, pero baste con algunas anotaciones para tomar conciencia del cambio semántico:
“Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma” (Código de Derecho Canónico - CIC can. 751). -CIC# 2089.
“La herejía es la oposición voluntaria a la autoridad de Dios depositada en Pedro, los Apóstoles y sus sucesores y lleva a la excomunión inmediata o "latae sententiae" (Ver CIC can. 1364), es decir, a la separación de los sacramentos de la Iglesia.”
Bajo esta torcida visión, pretendían explicar por qué algunos personajes, fueron considerados herejes por motivos doctrinales (Lutero, Erasmo, Pedro Valdo, Calvino, Valentino y Pelagio…) La lista sería interminable. Pero sorprende aún más como convivió con la historia del “cristianismo” la que podríamos denominar “herejía científica” que en lugar de considerar la ventaja de tener mentes privilegiadas que traerían avances tremendos al mundo, prefirieron usar nuevamente la palabra “hereje” en tono despectivo y acusador, con personajes como:
- Hypatia de Alejandría, que a principios del siglo V de nuestra era, murió golpeada, arrastrada desnuda por la ciudad y despellejada, por el simple hecho de ser una adelantada filósofa y tener una mente preclara para la aritmética… como “problema añadido”, era mujer. Algo que parece estar ligado a ella, fue que uno de los lugares donde se la había podido ver a menudo, fue quemado por otros “cristianos”; hablamos de la famosa “Biblioteca de Alejandría”.
- Copérnico murió después de publicar un libro que establecía que la Tierra no era el centro inmóvil del Universo… Ya conoces la historia.
- Galileo Galilei tuvo que retractarse por decir que la Tierra giraba alrededor del Sol, para no morir de manos de la Inquisición…
¿Y qué diremos si recordamos a Jesucristo? ¿Acaso no fue un hereje para los supuestos “entendidos religiosos” de su época? ¿No creían que se salía del tiesto con sus enseñanzas y afirmaciones?
¿Por qué le cuesta tanto a nuestra cuadriculada mente admitir los cambios?
Por eso, en vista de esta escueta lista de personajes que marcaron historia, que fueron catalogados de “herejes”, podríamos decir que verdaderamente lo fueron, pero no en el sentido despectivo con que los catalogaron, sino con el del origen real de la palabra, el de personas que DECIDIERON ser distintas, formar parte de algo diferente, sobresalir en sus respectivas épocas por buscar (cada cual a su modo) la verdad, o un mayor entendimiento del mundo que les rodeaba.
De modo que si alguno quiere seguir diciendo hereje para descalificar a otro por su forma de pensar, que lo siga haciendo, pero a sabiendas de que le sigue la corriente a la “Santa Inquisición de la Iglesia Católica Romana”.
El Nuevo Testamento (versión RV60) usa la palabra “herejía” (gr. Airesis) solo en 3 ocasiones:
El texto más comprometido está en Gálatas 5:20, porque la palabra aparece con el matiz de su otra acepción, la de separación que puede desembocar en divisiones (a causa de pensar distinto). Se ve claro el sentido leyendo las palabras que cita inmediatamente antes y después en el texto bíblico (enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias…)
En 2ª Pedro 2:1 dice “herejías destructoras” donde no es la primera palabra la mala, sino el hecho de que esas decisiones tengan el propósito de destruir (ya que por sí sola, la palabra “herejías” no sería sinónimo de nada negativo en este contexto).
En Hechos 24:14 es Pablo el que dice a Félix: “Pero esto te confieso, que según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo al Dios de mis padres”. De modo que si seguir a Cristo es una herejía, con gusto me alegraré de que me llamen hereje.
Los que hoy dicen “hereje” bien podrían plantearse cambiar el término por: Falsos maestros, falsos profetas, engañadores, mentirosos, manipuladores, tergiversadores de la verdad, lobos vestidos de oveja, contenciosos y en algunos casos incluso blasfemos…
Sé que no es demasiado probable el hecho de que, tras cientos de años y millones de personas usando la palabra tratada en modo despectivo, esto cambie; pero al menos yo intentaré usar la palabra “hereje” con su significado inicial, como algo BUENO, como la DECISIÓN YA TOMADA de salir de lo aceptado por la mayoría, con el fin de investigar hasta estar plenamente convencido de por qué creo en lo que creo. Por eso, marcaré una sonrisa en mi rostro, alzaré mis ojos a los montes… Y cantaré esta canción:
“Quizás muchos piensen que un hereje soy,
Yo mientras sonrío, porque contento voy;
No me ofende esa palabra, a Dios gracias le doy,
Porque sigo en su Camino, ahí es donde estoy.”
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NOTA (*): El Diccionario de la Lengua Española, comete el mismo error de definir bajo el filtro doctrinal católico romano otras muchas palabras (además de la citada “herejía”). Algunos ejemplos que podríamos dar son: Bautismo, penitencia, blasfemia, pastor o sacramento.
-EXPERIMENTO DE ADOCTRINAMIENTO
En cierta ocasión, unos científicos norteamericanos decidieron realizar un experimento con chimpancés, para determinar si ciertos agentes externos eran capaces de modificar sus conductas habituales. La prueba se iniciaba encerrando diez monos en una gran jaula que imitaba su hábitat natural, y en él, un lugar destinado a depositar las raciones diarias de comida.
Al principio, se acostumbró a los primates a comer dos veces por día, mañana y tarde, a una hora determinada e inamovible. Los animales pronto se acomodaron a los horarios, al punto de saber cuando vendrían los comestibles que se deslizaban por esas mágicas trampillas. Hasta aquí todo bien.
La primera variante fue descolgar cierto día, fuera del horario de comida establecido, una piña de plátanos frescos y jugosos. Los chimpancés no lo esperaban, pero en cuanto vieron ese "regalo caído del cielo”, se lanzaron sobre él; lo que no esperaban era el potente chorro de agua a presión que les dispararía para disuadirlos de tomar esos plátanos, y es que la recia descarga acuífera les impactaba con tanta dureza que los hacía caer al suelo. Además, otros chorros se disparaban en toda la jaula, de modo que todos los monos se mojaban; lógicamente eso producía un enfado general.
La historia se repitió varios días, hasta que la mayoría de la comunidad aceptó que esos plátanos eran intocables... Pero aparecía de vez en cuando algún mono rebelde que intentaba alcanzar los codiciados manjares. Como los chorros de agua no solo mojaban al asaltante, sino a todos los demás, la comunidad decidió darle una paliza al que se atreviera de ellos a intentar llegar al techo en busca de los plátanos... Al fin y al cabo, la comida no les faltaría, pues a la hora acostumbrada llegaban las raciones diarias de comida de gran calidad.
Llegó el momento en que ninguno de los monos hacía ni el más mínimo intento por alcanzar los frutos venidos de arriba; ese fue el lapso escogido por los científicos para añadir otra variante: Sustituyeron uno de los primates por otro nuevo.
Al día siguiente, cuando "la tentación" apareció colgada, el nuevo mono se abalanzó sin pensarlo sobre ella, pero la reacción de su comunidad estaba ya trazada, y el pobre chimpancé tuvo que soportar a todos sus compañeros golpeándole, chillándole y disuadiéndole de acercarse a ese peligroso cebo; hay que notar que desde ese día el agua no volvió a caer nunca más, pero los monos no estaban dispuestos a que sucediera de nuevo, de modo que no permitirían más intentos temerarios, no fuera que el agua presurizada volviera a incomodarlos. No tardó mucho el nuevo chimpancé en comprender el sistema, y pronto se conformó a ver bajar y subir aquellos maravillosos plátanos sin que nadie los tocara, pero nunca “pudo comprender” por qué no le dejaban asir aquellos frutos llamativos...
Pasada esta fase, los humanos sustituyeron un nuevo mono, y evidentemente, se repitió la historia del novato agredido por sus congéneres al intentar tomar los frutos "no permitidos". Luego vino un tercero, un cuarto... Hasta un décimo chimpancé novel a la jaula, que a golpes aprendió la lección. Ninguno de los nuevos inquilinos sufrió jamás el ataque del chorro presurizado, solo aprendió la furia con que los otros vecinos de jaula embestían contra el que lo intentara, por algún motivo “misterioso”.
Llegado este momento se dio por concluido el experimento, y lo consideraron un éxito absoluto ¿Pero por qué?
Los estudiosos consiguieron establecer una pauta en la comunidad simia: Ninguno de los primates se acercaría más a los substanciosos plátanos que cada día bajaran a la vista de todos. Lo curioso del experimento es que, al no quedar ninguno de los diez monos que comenzaron el experimento, ninguno de los enjaulados sabía exactamente qué pasaría si uno de ellos llegara a coger los plátanos; ninguno de ellos había recibido el impacto de los chorros a presión que recibieron los primeros, sin embargo ni uno solo de ellos se atrevería a intentarlo… ¡Por temor a la amenaza de sus propios compañeros!
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¿No te resulta curioso lo que una costumbre adquirida puede hacer? Alguno puede pensar que estos experimentos solo funcionan con animales, pero hoy día hay humanos que se comportan de manera semejante a estos monos: Hay gente que sigue costumbres y supersticiones sin saber de dónde vienen, ni quién las inició, ni qué pasaría si algo cambiara, ni siquiera saben si son beneficiosas o perjudiciales ¡Pero las siguen haciendo!
Y profundizando en la herida, decir que hay lugares que se llaman cristianos (de cualquier índile), en los que se establecen ritos, liturgias y tradiciones que se convierten en ley intocable: Quien ose remover esos cimientos, puede salir mal parado, y tachado de rebelde, mal cristiano, murmurador, obstáculo, piedra de tropiezo, falso maestro, cuestionador de la autoridad, orgulloso, engañador, insumiso, irreverente... E incluso, algunos usarán palabras mal empleadas, sin saber siquiera lo que de veras significan, con la única intención de ofender, palabras tales a estas: Apóstata, hereje, anticristo...
El sistema funciona así, y habría que plantearse quién movió los hilos para que así fuese ¿Quién maneja el asunto para que todos se comporten como marionetas que siguen el guión establecido por alguien que no conocen y por razones que ignoran? Cualquiera que sea manejado por ese “ente”, argumentará una simple frase: "Me lo enseñaron así. No hay más que hablar. No debo cuestionar o estar murmurando"