-¿Y DONDE ESTABA DIOS?

PENSAMIENTO TRAS LA TRAJEDIA DEL 11 DE SEPRIEMBRE Y MAS

En los recientes acontecimientos New York, Washington y Pennsylvania han conmocionado al mundo civilizado. La imagen televisiva de un avión comercial estrellándose contra una torre en tiempo real impregnará la conciencia colectiva de esta generación. Tras la incredulidad y la conmoción muchos se preguntaban cómo Dios podía permitir que eso pasara. La vida es justa ¿Dios no miraba? ¿Dios no se preocupa? ¿A Dios no le importa? ¿Por qué Dios permite que pase esto?

Algo bueno puede venir de esto. Los Estados Unidos están unidos como no se había visto en muchos años-las políticas partidistas y las preocupaciones por escándalos que implicaban a políticos fueron olvidados y dejados de lado. Los amigos de América estuvieron hombro con hombro con ellos con solidaridad y compartiendo su dolor. Incluso algunas naciones que no se podrían llamar amigas de América se movieron por esta tragedia y ofrecieron su pésame.

Quizás todo lo que se puede hacer es ofrecer una mano y repartir. La gente puede tener la oportunidad de ayudar como lo han hecho en donar sangre, donar dinero a la Cruz Roja, confortar a los directamente afectados que hacen frente a la muerte o miembros de su familia desaparecidos y dar soporte y afecto a los trabajadores de rescate que arriesgan sus vidas y ahora limpian la devastación para preparar la reconstrucción. Quizás una vez que el peligro es percibido la seguridad puede ser mejorada y la sociedad puede ser protegida mejor. Las tragedias han afectado al ser humano muchas veces a través de la historia y no hay duda de que continuarán sucediendo, aunque no podamos conocer el futuro. La gente puede encontrar consuelo en el hecho de que no están solos en el dolor, muchos sufrieron también en otros lugares y en otros tiempos.

¿Dios interviene en los asuntos humanos en estos días y esta época? La evidencia sugiere con fuerza que no. Eso no implica decir que Dios no existe o que no le importa lo que le ocurre al ser humano, pero los hecho están ahí, Dios no interviene en los asuntos humanos. Debemos reconocer este hecho básico de la vida. Decir que Dios no interviene en nuestros asuntos no te hace un ateo o incluso un escéptico, sino que es simplemente reconocer lo obvio.

Tomo nota de esos que afirman que la tragedia ha sido causada porque América no está "cerca de Dios", porque el país se está convirtiendo en tan "alejado de Dios" de forma que Dios ha quitado protección y ha dado el país a sus enemigos. La gente que murió en el 11 de Septiembre no eran más "pecadores" que otros. Eran simplemente gente ordinaria que iba a su trabajo diario. Eran decentes, gente cotidiana haciendo sus trabajos o viajando inocentemente en aerolíneas públicas. El afirmar que el "alejamiento de Dios" de la nación provocó esta tragedia es obsceno para mi forma de pensar. Sugerir que vivir una vida "cerca de Dios" garantizará una protección al país o a los individuos es una insensatez supina. Debemos protegernos a nosotros mismos, a nuestras comunidades y a nuestros países. La evidencia indica de forma muy sólida que no hay ninguna protección divina bajo la que podamos guarecernos.

Dios no interviene en los asuntos humanos ni castiga ni protege. Esa es la razón por la que la sociedad necesita policías, bomberos, soldados y médicos - no podemos confiar en una "protección divina". No hay ninguna a pesar de lo mucho que pudiéramos desear que Dios interviniera. El porqué no lo hace es algo desconocido para nosotros. Lo único que sabemos es que Dios no interviene.

NO intervino cuando un terremoto en Turkía mató 20.000 personas en 1999.

No intervino cuando 220.000 personas murieron en las masacres de Ruanda.

No intervino cuando las bombas atómicas fueron lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki y 250.000 personas murieron.

No intervino cuando millones murieron en los campos de concentración nazi.

No intervino cuando la gripe mató 20 millones de personas en 1918.

No intervino cuando las plagas de peste negra mataron a 20 millones de personas en la edad media.

Y tampoco intervino cuando los terroristas secuestraron los aviones y los estrellaron contra los rascacielos. Podemos pensar de otra manera, pero esos son los hechos y debemos vivir de forma consecuente.

No hay protección de Dios que nos defienda de aquellos que quisieran matar gente inocente, pero esos que quisieran matar gente inocente tampoco tienen ayuda o protección a su disposición.

Un día quizás todas las mentes estarán libres de visiones extremistas y podremos vivir en un mundo seguro.